Nosotros somos de secano, nos gusta más el calor. El frío no entra dentro de nuestros cánones.

Y fuimos a la Covatilla. Qué frío Dios mío. Y, como ya adelantamos, allí se encontraban una buena parte de emeritense luciendo sus galas de buenos esquiadores. Los padres que quieren ir a que sus hijos vean la nieve, que no es normal por estos lares, aunque este año, menos en Mérida, ha nevado en toda la región, con lo bien que le hubiera venido una heladita al camalote, que cuando luzca el sol, saldrá otra vez. Pero ya está localizado y con medios para que no haya una invasión como la del pasado año.

Ya tenemos por lo tanto dos lugares para disfrutar: la playa en sus distintos lugares de Andalucía y la Covatilla en Salamanca. No hace falta ir con los niños a la Covatilla para ver nieve, en la zona de Piornal y su entorno también se puede disfrutar, y la infrastructura hotelera es bastante mejor que la casa de Tía María, que es un restaurante en una escuela antigua manifiestamente mejorable.

Extremadura tiene lugares preciosos para disfrutar con nuestros hijos y nietos, para entrarles hasta los huesos el amor por su región desde pequeñito, porque, de paisajes, de buena comida y de buenas carreteras podemos presumir.

No está mal de vez en cuando darse una vuelta para que así conozcamos otros lugares, pero me quedo con mi tierra, que aunque no haya pista de patinaje sí hay para que los críos disfruten en la nieve.

Este año Montánchez estaba preciosos y allí, al margen de ver la nieve y jugar con ella puedes degustar unos platos exquisitos.