El frío, la niebla y miles de devotos acompañaron anoche a santa Eulalia en su puesta de largo desde que la pasada semana fuera nombrada alcaldesa perpetua de Mérida. Ocho grados centígrados y una niebla que comenzaba a cerrar la visibilidad abrieron el camino de la patrona de Mérida, que salió de su ermita con media hora de retraso sobre el horario previsto. A las nueve de la noche aparecía por la puerta de su iglesia bajo los gritos de "guapa, guapa y guapa" de miles de ciudadanos que la contemplaban con devoción.

La patrona de Mérida lució sus mejores galas ya que, en contra de lo sucedido los últimos años, anoche la climatología respetó la procesión y la lluvia no apareció. Santa Eulalia vestía el traje más apreciado por los emeritenses, engalanada en rojo y oro, y con peana de plata.

Esta circunstancia hizo que la procesión fuera un rosario de fieles tanto acompañando a la imagen como en las aceras de las calles por donde pasó, que estaban abarrotadas de devotos. Además, el recorrido volvió a ser el tradicional, partiendo desde su iglesia por la avenida de Extremadura, y discurriendo por las calles Santa Lucía, La Rambla, José Ramón Mélida, Suárez Somonte, plaza del Rastro, John Lennon y plaza de España para llegar a la concatedral de Santa María, donde pasó la noche.

Algunos de los acompañantes eran parte de los 1.500 peregrinos que recorrieron los 23 kilómetros que separan la ermita de Perales en Arroyo de San Serván hasta el hornito.

MISA, FLORES Y MIGAS Desde la concatedral partirá hoy en procesión para volver a su iglesia. Tras la misa oficiada por el arzobispo emérito, Antonio Montero, el ayuntamiento invitará pasadas las 13.30 horas a migas y vino en la tradicional pitarra que se celebrará en la plaza de España. Antes, el alcalde de Mérida, Pedro Acedo, depositará por primera vez una cesta de flores en el hornito. Las flores también llegarán en masa desde la Asociación Folclórica y Cultural de la Antigua.

Por otro lado, el Consorcio permitirá hoy el acceso gratuito a todos los monumentos.