La feria llegó a su fin. Han comenzado otras, como la de Don Benito. Más de un feriante ha levantado su negocio y se ha marchado antes de lo previsto para estar con los calabazones .

No es sólo la feria de Don Benito, sino que muy cerca, y en estas mismas fechas, está la de Montijo o La Zarza, Alange y Villagonzalo.

Desde lo alto de la noria se comprobaban los huecos que este año hemos tenido en el parque de atracciones. Los que venían cada año se lo han pensado y se han ido a otro lugar más rentable, pero han pagado el terreno para no perder la antigüedad. Los feriantes han hecho su asociación y son quienes mandan y ordenan. Pagan lo previsto y sin problemas de subastas que, como los coches eléctricos, en otras épocas, se picaban y se pagaban verdaderas fortunas.

Ha faltado algo y prueba de ello es que los feriantes no han ganado lo previsto. Y ante tanta pérdida la caseta de la Juventudes Socialista se ha levantado a los dos días y algunas otras al cuarto día.

Los precios eran desorbitados. Como en la bola , ocho euros por montar más otros seis si quieres el vídeo que te graban para ver la cara de miedo que se te pone.

Este año no hemos visto los hornos de pollos asados con pimientos. Tampoco las casetas de las asociaciones de vecinos. No ha faltado El cortijo extremeño que es todo un logro. Los gallegos con el éxito de siempre: gusta más el pulpo y los pimientos de Padrón que el jamón.

La feria va en picado y muchos han decidido no moverse del centro ante los precios abusivos de algunos feriantes. Y la culpa la tiene el euro, que lo han comparado con los veinte duritos de siempre. Lo mejor es comprar la litrona e irse con los chavales al botellón .