Una fuerte tormenta con un diámetro pequeño, entre uno y dos kilómetros, provocada por la inestabilidad de la atmósfera, fue la causante de la tromba de agua que cayó en Mérida el jueves entre las 14.15 y 14.30 horas y que provocó que se inundaran varias calles y viviendas, según explicó el responsable del centro metereológico de Badajoz, Adolfo Marroquín.

Pero lo curioso de esta tormenta es que el agua que cayó, definida como lluvia fuerte, según la escala que utilizan los metereólogos, no fue recogida por el pluviómetro oficial instalado en el parque de bomberos, que sólo marcó 0,3 litros por metro cuadrado en todo el tiempo, "pero eso es bajísimo", manifestó Marroquín, que lo atribuyó a que la tormenta estaba muy localizada.

Por este motivo, y por lo que se vio en el radar del centro metereológico, "la cantidad de agua caída pudo haber oscilado entre los 10 y los 15 litros por metro cuadrado, pero es una estimación no medida", aclaró.

Por su parte, la concejala de Policía, Pilar Vargas, manifestó ayer que la tromba de agua sólo causó daños leves en el bar El Romano, por donde entró agua a través de una de sus paredes, y en un vehículo, que salió flotando, con su conductor dentro, en la avenida de la Libertad y chocó contra un árbol.

En cuanto al centro social de Nueva Ciudad, dijo que se anegó por un defecto de construcción y afirmó que "estamos parcheando lo que ellos (el PSOE) hicieron con defectos".