El hospital psiquiátrico ha registrado un 85% más de fugas de enfermos durante el pasado año, al sufrir 113 casos, frente a los 61 contabilizados en el 2003, según un informe de gestión de la policía local.

Este es un problema que se repite cada año, aunque destaca el incremento considerable a lo largo del 2004. Este hecho provoca que en ocasiones se vea a enfermos vestidos con el pijama por las calles de la ciudad, aunque en la mayoría de los casos, la policía se encarga de llevarlos de vuelta al centro.

Esta es precisamente una de las denuncias de la Federación Extremeña de Asociaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental, que ya reclamó, el pasado año, la reforma "urgente" del psiquiátrico, ya que tiene "una estructura manicomial envejecida y con multitud de barreras arquitectónicas que dificultan la estancia de pacientes psicogeriátricos", aseguran. Además, creen que no se ha adaptado a los tiempos, teniendo en cuenta que el centro registra al año unos 900 ingresos.

Se da la circunstancia de que algunos de los enfermos que se fugan son personas mayores, que llevan décadas internos sin que ningún familiar les reclame para hacerse cargo de ellos.

Otro de los problemas existentes en el psiquiátrico es la falta de vigilancia y custodia de enfermos penados por la justicia --por el centro pasan unos 40 cada año--, para lo que la Consejería de Sanidad negoció con el Ministerio de Justicia la creación de unidades de atención específica para los presos que cumplen condena en el centro.