El rastrillo benéfico de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes cerró ayer después de estar una semana abierto al público con una buena acogida de los ciudadanos, que han comprado dulces y telas, sobre todo, realizados por las voluntarias de este colectivo y cuyos beneficios serán para la peregrinación a la localidad francesa de Lourdes en el llamada Tren de la esperanza .

La peregrinación se hace con enfermos y disminuidos físicos de los centros Camf y Casa de la Misericordia de la localidad de Alcuéscar, y disminuidos psíquicos de la Casa de los Franciscanos de Cruz Blanca, Cotolengo del Padre Alegre, el psiquiátrico de Mérida y particulares.

Durante la semana pasada, varias voluntarias de la Hospitalidad han atendido el puesto ubicado en la calle Santa Eulalia, y han vendido productos artesanos, dulces y material textil.