Las librerías de la ciudad han notado más del 40% de pérdidas en las ventas desde que el centro comercial Carrefour comenzó a exponer al público libros de texto y de lectura, sobre todo por los descuentos que ofrecen a los clientes, ante los que no pueden competir los locales especializados.

Los libreros coinciden en que esta gran superficie "ha hecho daño a todas las librerías", comenta Marisol Ojalvo, de la librería-papelería Cascón Chito, que reitera que no pueden entrar en "ninguna guerra de precios", porque, en su caso, como en el de los demás, "tengo un establecimiento para vivir".

Además, en su contra juega el hecho de que "allí hay de todo además de libros y, aunque no quieran, pueden ver un libro y comprarlo", manifiesta Micaela Espada, de librería Martín. Respecto a los precios, las grandes superficies rebajan hasta un 5% el coste de los libros de lectura y hasta un 25% los de textos, que son realmente donde las ventas han caído de forma considerable.

A este respecto, esta librera apunta que "pese a que hay más institutos en la ciudad, las ventas de libros no sólo no han subido, sino que han bajado". En su opinión, lo que le conviene a la gran superficie es que "la gente vaya allí a comprar lo que sea, y utilizan el reclamo de las rebajas en libros para ello, porque con los libros no ganan nada".

MEJOR TRATO

En este sentido, desde la librería San Francisco inciden en que el mayor daño que se le hace al negocio es por las ventas de libros de texto, aunque "poco a poco parece que la gente vuelve a comprar libros de texto en las librerías, porque parece que Carrefour no lo trabaja bien".

Sin embargo, los libreros se avalan en los clientes tradicionales y en el trato que dispensan, porque "el libro merece otro trato", señala Marisol Ojalvo, y no el que se le puede dispensar en establecimientos no especializados, donde "cogen un libro y lo tiran o lo ponen en otro lado cuando no les interesa".

En cualquier caso, los establecimientos especializados están potenciando su negocio con artículos de papelería y regalos, porque "el libro deja poco margen de beneficio y vivir de él en Mérida no compensa".