La dirección de la empresa corchera Arcobel entrega esta mañana el expediente de regulación de empleo para el cierre de la fábrica, y en dos semanas hará lo propio con la de Aseicork, por lo que 148 trabajadores de ambas instalaciones irán a la calle sin nadie ofrece una solución urgente, ya que la decisión del grupo Sabaté-Diosos, propietario de ambas fábricas, es cerrar en Mérida y continuar con la actividad en las naves que tienen en la localidad cacereña de San Vicente de Alcántara, el eje principal de la empresa en Extremadura.

Una vez presentado este expediente, comenzarán las negociaciones entre la dirección, el comité de empresa y los sindicatos. Además, la Consejería de Trabajo, tal y como adelantó este diario el viernes, mediará para ver si la actuación de la compañía está o no justificada, e incluso podría impedir el cierre si no ve causas para el mismo, como ya hizo en agosto pasado, cuando se presentó otro expediente de regulación de la plantilla.

En cualquier caso, los sindicatos están dispuestos a movilizarse, aunque esperan a conocer hoy la documentación oficial de la empresa para ver si hay alguna opción que salve los puestos de trabajo.

Desde que el pasado 24 de diciembre este diario desvelará la crisis en la industria corchera de la ciudad, tanto grupos político, Junta y sindicatos han intentado buscar una solución que parece difícil, ya que la intención de la compañía es cerrar.