Ni madrugar, ni el calor sofocante del mes de julio han mermado el entusiasmo de los jóvenes universitarios que han tenido la oportunidad de tocar con las manos la riqueza arqueológica que desde tiempos remotos, alberga la ciudad emeritense. Excavaciones matinales en la Casa del Anfiteatro, conferencias por las tardes y una gran dosis de compañerismo y complicidad han sido la receta exitosa del XV Curso de Arqueología, que ha contado con 12 participantes llegados de todas partes del país. Y es que este ha sido un año importante en cuanto a hallazgos, pues durante sus días de trabajo en las excavaciones de la Casa del Anfiteatro, los chicos han llegado hasta las "auténticas termas", de la época del Bajo Imperio romano, que "fueron abandonadas en el siglo V a.C, aunque están a la espera de su confirmación arqueológica", como comentó Miguel Alba, director científico del Consorcio. Algo que va a suponer que la instalación de las cubiertas que se va a hacer en toda la extensión de este yacimiento va a tener en cuenta el importante descubrimiento del que sus jóvenes protagonistas han sido testigo.

Pero como todo lo bueno, también se acaba. El curso tuvo su fin el pasado miércoles 27 en la sala Decumanos del Consorcio. Al acto, que estuvo presidido Alba, acudió la consejera de Educación y Cultura, Trinidad Nogales, así como la directora general de Patrimonio Cultural, Pilar Merino.

Durante la clausura, se les hizo entrega a los 12 alumnos de un diploma y un ´paletín´ como recuerdo de la experiencia. De este modo, Alba destacó que se "ha intentado mostrar la realidad poliédrica de la arqueología". A estas palabras, la consejera subrayó "la firme y decidida apuesta de la Consejería de Educación y Cultura por la potenciación y la internacionalización" así como de la "oferta de rigor y calidad". Ella misma habría sido profesora pero se "cayó" del cartel al haber pasado a "navegar en otro barco como Ulises". Aseguraba también que los cursos del Consorcio "se han consolidado como una actividad importante" que "será un elemento más a sumar que a restar en el currículum" de todos los participantes.

Según Miguel Alba, "ha sido una selección dura", en la que de una lista de 40 peticiones solo se podía elegir a 12 alumnos, que se han alojado en una residencia de investigadores. Lo importante para ellos, es que exista un trato personalizado con los chicos y que las dos semanas y medias de la jornada se consoliden como "un recuerdo imborrable en sus memorias".

Se palpaba en el ambiente el entusiasmo y la complicidad entre los jóvenes, que tras la despedida partieron a sus respectivas ciudades de origen. Todos coincidían en que ha sido una experiencia inolvidable y alabaron la profesionalidad y entrega de los 40 expertos que han contribuido a su formación durante su estancia en Mérida.

Este año el curso ha contado con algunas novedades como la inclusión de Cáceres entre los destinos de visita. Además ha sido el lugar en el que los alumnos han recibido sus clases teóricas, impartidas de manera voluntaria por profesores de la universidad extremeña.

No obstante, el objetivo de la organización que ha contado con la colaboración de la Asamblea de Extremadura, la Consejería de Educación y Cultura, la Universidad de Extremadura, el Instituto Arqueológico, el Museo Nacional de Arte Romano y el Festival de Mérida, es seguir innovando y no descartan la presencia de alumnos de la Universidad de Oxford el año que viene, según comenta Alba.