La policía local localizó el pasado lunes, gracias a los "infatigables" ladridos de un perro, el cadáver de M.L.D, de 71 años, en su propio domicilio de la calle Mariano José de Larra, tras recibir la alerta del vecindario que comunicó a los agentes que algo "extraño" estaba ocurriendo en la vivienda, ya que el perro del fallecido "no paraba de ladrar" desde el fin de semana pasado.

Así lo explicó ayer a Europa Press Televisión Antonio Arriaza, quien ocupa la vivienda que se encuentra justo encima de la casa donde se encontró el cuerpo sin vida de este hombre y que fue la persona que el lunes al mediodía dio la voz de alarma. "Gracias al perro nos dimos cuenta de lo que estaba pasando", aseguró Arriaza, el animal "ladraba mucho más" de lo habitual; nos extrañó y tras comentarlo con los vecinos decidimos llamar a la policía", relató.

Asimismo, explicó que cuando los bomberos y la policía científica entraron en la casa encontraron el cuerpo del jubilado tendido en el "suelo del cuarto de baño", mientras el perro estaba "encerrado en el patio". El hombre llevaba "varios días" sin vida, según los bomberos.

El levantamiento del cadáver se produjo a las siete de la tarde, y según los primeros indicios, la muerte pudo producirse por causas naturales.