La Guardia Civil investiga la muerte de un vecino de Calamonte cuyo cadáver apareció en el mediodía de ayer con un disparo en la cabeza en una nave agrícola de la localidad. La víctima, Fernando Macías, tenía 53 años y era muy conocido en el municipio ya que era el director de una entidad bancaria. Según explicó el alcalde, Salvador Alvarez, todo apunta que a Fernando, aficionado a la caza, se le disparó de forma accidental un fusil que fue a recoger a una nave ubicada en una finca propiedad suya para llevarlo a revisión al cuartel, aunque tampoco se descarta la hipótesis del suicidio.

Varios vecinos de la localidad declararon ayer que Fernando, casado y con dos hijos, era "una persona amable y entrañable que se llevaba bien con todo el mundo" y que no tenía problemas económicos.