Donar sangre da vida. Bien sabe de esto Miguel Ángel Alvarado, presidente de la Hermandad de Donantes de Sangre de Mérida, quien desde hace décadas mantiene un compromiso firme con la donación, una labor que realiza de forma altruista y que sustenta una filosofía de vida basada en la solidaridad y la generosidad.

-¿Por qué se hizo donante?

-Mi suegro era cero negativo y donante de sangre. Recuerdo que dos veces le llamaron en el Hospital de Mérida para donar a las tantas de la madrugada y como no tenía vehículo yo le llevaba. Me impactó que donase sangre para salvar vidas y ahí me di cuenta de la importancia de donar sangre. Cada vez que veo un niño que padece leucemia se me caen los palos del sombrajo porque la sangre es fundamental para ellos. No quiero que ningún enfermo tenga un problema de salud por falta de sangre.

-¿Qué papel juega la hermandad de donantes de sangre?

-La hermandad es una institución subvencionada por el Servicio Extremeño de Salud (SES) y con esos recursos económicos intentamos satisfacer las necesidades del SES. El elemento fundamental del engranaje donante-receptor es el Banco de Sangre de Extremadura, lo que hace la hermandad de donantes es ayudar a que el banco pueda desarrollar su labor. En el banco tienen que entrar 160 bolsas de sangre diarias para tener un stock suficiente, por ello es importante que haya una continuidad en las donaciones. Se puede donar sangre en cualquier hospital por las mañanas, en el banco de sangre que tiene la sede en Mérida, y a través de las colectas periódicas que se promueven.

-¿Se valen de las redes sociales?

-Sí, porque las redes sociales, bien utilizadas por un organismo oficial, son un buen instrumento para comunicar las necesidades y la gente responde muy bien.

-¿Qué nivel de donaciones se da en la región y en la ciudad?

-Extremadura es una muy buena región en cuanto a las donaciones de sangre. Existe mayor grado de solidaridad por parque de los pueblos pequeños que de las grandes ciudades. Hay ciudades maravillosas en Extremadura con respecto al grado de donación, pero con Mérida no estoy del todo contento porque no hay continuidad en las donaciones. Quiero aprovechar para destacar la garantía de la sangre que recibe el receptor, porque se trata muy la sangre y cuando se encuentra la mínima pega se rechaza.

-¿Hay que animar a los jóvenes?

-Sí. Hay que conseguir que la gente joven se haga donante de sangre. Estoy intentando hacer una campaña en los colegios e institutos para no hablar solo de la parte técnica de la donación, sino de la parte humana, para crear un nexo entre el donante que le sobra salud y ayudar al enfermo que lo necesita. Quiero hablarle a los jóvenes de la satisfacción que tiene el donante cuando dona sangre, porque da vida. La hermandad pide a los jóvenes que se solidaricen y hacemos un llamamiento a los jóvenes de entre 20 y 35 años porque nos falta ese grupo de donantes. El acto de la donación dura poco tiempo, no es doloroso, y la satisfacción personal es muy grande.