La literatura ha estado siempre presente en su vida, pero ahora es cuando se siente orgulloso de poder vivir de ella. Tras dejar atrás su trabajo como repartidor de pan, Mario Quintana decidió montar la editorial LeTour1987 y, desde hace un año, regenta la librería La selva dentro. Su primera publicación se titula El fracaso escalonado del astronauta, un libro de poesía y diario personal que aborda los problemas de la infancia al afrontar la muerte, el desapego y la confrontación con la edad adulta. Su presentación será el próximo 27 de abril, en el centro cultural Alcazaba.

-¿Cómo llegó a la literatura?

-El mundo del libro siempre ha estado presente en mi vida. Tuve un padre enfermo que murió cuando yo tenía siete años y siempre me regalaba un libro. A partir del 11-S fue cuando empecé a leer en serio, mi madre me dijo que me leyera un libro para no soñar con tanta catástrofe y eso he hecho hasta el día de hoy. Desde que hace un año abrí la librería vivo plenamente de la literatura y eso me hace feliz, aunque desde hace cinco tengo también la editorial.

-Hasta ahora no se había decidido a publicar nada suyo...

-Aunque en la editorial tenemos unos 20 libros publicados, la verdad es que no me atrevía a publicar algo mío. El fracaso escalonado del astronauta es un libro de poemas que escribí hace cuatro años, porque me hundí totalmente en la vida, y creé la editorial para tener un aliciente. Es un libro de poesía muy complicada y debía hacerlo asequible a todo el mundo, por ello he metido partes de diario personal, que conecta más con el lector que no lee poesía.

-¿Qué temas trata en el libro?

-Sobre todo la muerte, la pérdida y las ganas de salir adelante. Soy un experto en decepcionar a la gente, pero eso para mí es magnífico, porque cuanto más decepciono, más feliz soy. En este libro hay tres ‘noes’: el trabajo, la pareja y la familia, en este caso la figura materna. Hubo un momento en mi vida en que para ser feliz tuve que decir que no a esas tres cuestiones. En muchas ocasiones hay que saber decir que no y ese es el gran problema de la gente.

-¿Hay un mensaje positivo?

-Yo solo escribo cuando estoy triste, de hecho creo que el ser humano no es feliz por naturaleza, siempre tiene altos y bajos, estar en el medio es muy difícil, pero al final del libro sí hay un lado positivo, de ahí que se llame El fracaso escalonado del astronauta. Aunque la gente dice que es un libro triste, el lado positivo está en que al final se sube la escalera, que en este caso tendría relación con el nacimiento de mi hija.

-Como librero, ¿qué opinión le merece el libro electrónico?

-No me da miedo el libro electrónico, porque el libro en papel tiene algo romántico y últimamente los españoles nos hemos vuelto muy románticos. Es cierto que no se vende mucho, pero quien consume libros se gasta mucho. Creo que el libro no morirá y no acabará con las librerías.

-¿Cómo valora el panorama literario de la ciudad?

-Hay bastantes presentaciones de libros, pero nos falta conciencia de promoción. Tenemos que salir del provincianismo, no porque venga un autor local hay que darle el primer puesto en la feria del libro. Cuando viene un escritor de fuera crea un interés extra y nosotros debemos exportar la literatura de Extremadura tan maravillosa que tenemos. Mérida es muy literaria y no está aprovechada en ese sentido, quizás le falta una feria del libro potente como centro neurálgico de Extremadura.