El Hospital de Mérida se queda sin uno de los servicios que lo convertían en un referente en la atención sanitaria en toda Extremadura. La Unidad de Hospitalización Domiciliaria (UHD) ha cerrado hace unos días después de estar en funcionamiento más de 21 años. El personal adscrito a la unidad, cuatro enfermeros, han sido redistribuidos por otros servicios, y sus funciones han pasado, como ocurre en el resto de áreas de salud, a Atención Primaria y a las Unidades de Cuidados Paliativos.

Desde la Junta de Extremadura señalan que "a pesar de la excelente función que en su comienzo ha realizado esta Unidad en estos momentos, debido a que sus funciones en la actualidad están asumidas en Extremadura por la Atención Primaria y por las Unidades de Cuidados Paliativos, estaba ahora sin contenido funcional". Asimismo señala que esta unidad "creaba un conflicto de discriminación" respecto a la Enfermería de Primaria del resto de la comunidad autónoma, y aclara que en todas las áreas de salud de la comunidad la vigilancia de las heridas quirúrgicas recae sobre la enfermería de Primaria excepto en aquellas poblaciones a menos de 20 kilómetros de Mérida, que son las que se beneficiaban de la existencia de esta unidad. En estas poblaciones por tanto, había "una duplicidad de servicios".

La unidad fue creada con el propósito de reducir a estancia hospitalaria en los pacientes quirúrgicos. Entonces el material que se utilizaba para las suturas hacía necesario un seguimiento muy cercano de las heridas, ya que presentaban con frecuencia complicaciones, lo que hacía necesario mantener al paciente ingresado mucho tiempo después de la intervención.

En este tiempo han ido apareciendo las Unidades de Cuidados Paliativos y además la práctica quirúrgica ha evolucionado muy favorablemente. El número de pacientes de la UHD ha ido fluctuando constantemente, dependiendo de las altas hospitalarias, pero la media siempre ha rondado los treinta pacientes, siendo el mínimo 25 y el máximo 40. Se trata de pacientes agudos, a los que se les realizaban las curas tantas veces como sea necesario hasta que las heridas cicatrizan, pero no prestaba atención a los enfermos crónicos, que se derivan a la atención primaria ni tampoco a los que tienen una enfermedad terminal, que van al área de cuidados paliativos.