TLto primero que se hizo al abrir el Hospital del Insalud, hoy Servicio Extremeño de Salud (SES), fue nombrar a jefes de servicio: Vicente Guillén Asensio , otorrinolaringólogo de La Zarza y un amigo entrañable, como un hermano; Félix Díaz Pérez , de Medicina Interna, profesor en la universidad y de lo mejor que he conocido como médico y como persona. El fue quien impulsó, siendo director, la Escuela de Enfermería. Es de Avila, aunque es posible que haya echado ya tantas raíces en esta ciudad que se quede con nosotros.

Ricardo Escudero , traumatólogo del norte de Cáceres, vino desde Bilbao (se comentó que huyendo del impuesto revolucionario de ETA) y era visitado por muchísimos pacientes de todo el país. Tuve la oportunidad de conocerlo bien y de estar en sus manos en una gravísima operación de rodilla. Seis horas de quirófano y me quedó perfectamente. Murió demasiado joven. Angel Rodríguez Torres , urólogo, padecía una grave enfermedad, una diabetes gravísima que acabó con su vida; José Valverde Alarcón , ginecólogo de una estirpe de médicos de más de cien años en esta ciudad (ya escribí la historia de esta familia en este periódico en aquellos Viejos Escenarios Emeritenses ), se jubila en unos meses; José María Arroyo , pediatra de Cáceres, tuvo la responsabilidad de salvar la niña que nació con 400 gramos. Fue noticia en todo el mundo. José María Regodón , anestesista, nos dejó no hace mucho. Un buen amigo, tengo gratos recuerdos suyos. Gregorio Fidalgo , cirujano madrileño y toda una vida dedicada a la Medicina. A tres de estos profesionales les concedieron la docencia para formar especialistas en Otorrinolaringología, Medicina Interna y Traumatología. Fue un reto de largo tiempo poner en marcha lo que hoy vemos como un gran centro sanitario. Dieron toda su profesionalidad y crearon escuela. De ahí han salido tantos y tantos doctores de distintas especialidades que fueron completando cada uno de los servicios. Hoy podemos presumir de un gran hospital y de los médicos que han hecho de este centro una garantía para todos. Y se lo dice alguien que ha salvado su vida gracias a ellos.