Las obras de ampliación que se están llevando a cabo en el hospital de Mérida están siendo aprovechadas por la dirección del centro para aplicar una serie de medidas clínicas que han reducido los ingresos de los pacientes, ya que durante esta fase se han perdido 30 camas.

Así lo afirmó ayer en la Asamblea de Extremadura el gerente del hospital, Cándido Cabrera, quien compareció ante la Comisión de Sanidad para explicar el desarrollo de las obras, a petición del PP.

Cabrera explicó que estas medidas clínicas las idearon para mantener el nivel de prestaciones hacia los usuarios y disminuir los ingresos. "Todo el mundo sabe lo que es tener albañiles en casa y tener albañiles y atender un centro hospitalario es complicado", afirmó.

Entre las medidas clínicas puestas en marcha destacan la potenciación de la unidad de cirugía mayor ambulatoria, "por la que desde primeros de años no se opera a nadie de cataratas con ingreso"; la aplicación de la cirugía laparoscópica (operar sin grandes incisiones en el abdomen) en determinados servicios, como Ginecología, "e incluso en tumores hepáticos, disminuyendo la estancia a la mitad"; y la consultas de alta resolución.

En cuanto a las obras de ampliación, se iniciaron en noviembre del pasado año con un presupuesto de 21 millones de euros y un plazo de ejecución de 36 meses. Al término de la obra, el 75% de las habitaciones serán individuales.

En la actualidad las plantas primera y segunda están cerradas y a mediados de julio se cerrará la tercera y se abrirá la primera, donde se instalarán los servicios de Pediatría y Prematuros.

Cándido Cabrera señaló que "es una especie de encaje de bolillos que se hace en total compenetración con la dirección facultativa de las obras".

COLATERALES El gerente también dio a conocer las obras colaterales que se están llevando a cabo con un presupuesto de seis millones de euros, como la unidad de Litotricia, que empezará a funcionar en el último trimestre del año, la unidad de hemodinámica o el acelerador lineal.

Por otra parte, Cándido Cabrera señaló que el hospital está listo para atender una gran avalancha de pacientes por una eventual ola de calor, ya que existe un plan para que los centros de salud deriven directamente a los pacientes a otros hospitales en caso de que el de Mérida se colapse.

También indicó que se están revisando los filtros del aire acondicionado, que al ser un edificio antiguo dieron problemas el pasado verano.