El mes de julio no ha empezado bien para el sector turístico de la ciudad. La crisis, el intenso calor de la primera semana, pero sobre todo el retraso en el comienzo de la programación del Festival de Teatro Clásico de Mérida --que habitualmente comienza a principios de mes y en esta edición se ha retrasado al pasado fin de semana, aparte de las actuaciones musicales del anterior--, son las razones que citan los establecimientos hoteleros para que las cifras de reservas se hayan situado hasta ahora muy por debajo de lo habitual. Pero con el inicio del certamen, las reservas de habitaciones han experimentado un repunte, que los empresarios esperan que recupere el sector.

Así lo asegura el subdirector del Tryp Medea, Luis Torrico, que subraya que durante los dos primeros fines de semana la ocupación se ha situado por debajo de la mitad de la capacidad del hotel, cuando lo habitual, señala, es que esté por encima del 80% o del 85%. Un ejemplo que revela por qué en los hoteles de la ciudad esperaban como agua de mayo el comienzo de las representaciones, que este año han comenzado más tarde debido al recorte presupuestario por la crisis.

Pero la mala situación económica, como no es previsible, también está afectando al turismo de verano en la ciudad. Desde el hotel Las Lomas, afirman que además de registrarse menos reservas, estas se hacen con menor tiempo de antelación. "Los clientes esperan a ofertas de última hora", afirman.

La capacidad que tiene el Festival de Teatro como motor del turismo emeritense durante el verano es fácilmente comprensible teniendo en cuenta las cifras de afluencia de público a las representaciones. El año pasado hubo 79.383, la mayoría de ellos procedentes de fuera de la ciudad y, en muchos casos, son turistas que repiten destino atraídos por las representaciones.