Mérida cuenta con más de una decena de agencias de viajes para una población que no llega a los 60.000 habitantes, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) a 1 de enero de 2018. Podrían parecer muchas para la clientela existente, pero las ansias de playa de los residentes de la ciudad permiten que sean rentables y estén muy frecuentadas por estas fechas. Si bien es cierto que los circuitos culturales por Europa están cobrando auge, los emeritenses siguen siendo fieles a la malagueña Costa del Sol.

Destinos más cercanos como Huelva y Cádiz han aumentado este año los precios de sus estancias, por lo que son muchos los que han optado por viajar a las islas españolas. «El aeropuerto de Badajoz ha programado hasta Tenerife un vuelo directo semanal entre julio y principios de septiembre, por lo que ese destino se está notando bastante ya que a la gente le viene bien por cercanía y rapidez», afirma José María Parras, responsable de Viajes Mitreo.

Las familias siguen siendo el perfil por antonomasia que más solicita los destinos costeros, aunque ello no quiere decir que a las agencias dejen de acudir otro tipo de clientes, según informa Magdalena Carroza, fundadora de Los Naranjos Tour. «En el tema de la playa lo que más abunda son familias, pero también hay muchas parejas de entre 30 y 60 años que se mueven mucho en viajes a Centroeuropa o Irlanda, lugares a los que es mejor ir en verano», sostiene.

Desde Viajes Nemo aseguran que los emeritenses continúan preocupándose bastante por su economía a la hora de irse de vacaciones. Sin embargo, en esta agencia no han notado mucha diferencia con otros años respecto al dinero que los consumidores se suelen gastar cuando se trata de disfrutar de su tiempo de ocio veraniego. Lo que sí ha cambiado ha sido la calidad del alojamiento en el que deciden hospedarse. Así lo manifiesta Mar Rodríguez, trabajadora de Nautalia, quien afirma que «como este año han subido los precios pero los sueldos siguen siendo iguales, la gente se gasta lo mismo pero bajando la categoría de la estancia».

Las agencias de viajes no se escapan de la influencia del invento más revolucionario de los últimos tiempos. Cada vez son más los clientes que recurren a las numerosas ofertas on line para conseguir rebajar al máximo el precio de sus vacaciones.

Desde las agencias de viajes consultadas indican que esto afecta de forma negativa a los establecimientos físicos que se dedican a lo mismo, aunque no les impide seguir siendo rentables. En este sentido, Parras reivindica una mayor regulación: «Cuesta tener un local abierto pagando unos impuestos para que otros paguen menos o casi nada y tengan un rendimiento superior al tuyo porque pueden vender más barato».