Convertir el mercado de Calatrava en el eje comercial y económico de Mérida. Ese el objetivo fundamental que persigue la reforma de este edificio emblemático que ha diseñado la empresa pública Mercasa, encargada de este tipo de mercados minoristas. Para ello, la propia entidad, la Junta y el ayuntamiento invertirán seis millones de euros, y antes de acometer esas mejoras en el interior del mismo --la fachada no se puede tocar-- se buscará un lugar alternativo en la zona centro para que los propietarios de los puestos sigan trabajando y lo hagan en unas condiciones más favorables a las actuales, con un coste cercano al millón de euros. Ayer conocieron el anteproyecto, que se basa en un cambio radical en los puestos de venta, con zona de carga y descarga en su interior, y con facilidades para los clientes tales como escaleras mecánicas, ascensores y una tarjeta que marque su fidelidad. Todo ello, para aportar una mayor calidad en el servicio y adquirir todo lo relativo a productos de consumo habitual.

Tras los constantes retrasos, a partir de ahora el ayuntamiento sacará a concurso las obras y acelerará la ubicación de ese mercado provisional en la zona centro, para el que los tenderos reclaman unas buenas condiciones en las que trabajar hasta que el de Calatrava esté reformado. Lo más importante, indicó el alcalde de Mérida, Angel Calle, es que el mercado será el "corazón desde el que se irradie todo el desarrollo económico de la ciudad", beneficiándose además del turismo que va a congregar el centro tras la remodelación del entorno del Templo de Diana.

Pero para hacer todo eso hay que saber en qué situación está actualmente. Conviene recordar que hay abiertos 23 puestos, mientras que 31 están cerrados. En ellos, los clientes desembolsan al año 2 millones de euros en la compra de productos frescos, de los 41 que se gastan en toda la ciudad y de los 77 en total en alimentación, según los datos aportados ayer por el director de Mercados Minoristas de Mercasa, Roberto Alonso.

ALGUNAS MEJORAS Ante ello, insistió, el anteproyecto contempla "nuevos puestos de venta, una imagen más moderna y darle un uso más comercial", para que "en el mercado se pueda comprar todo lo relativo a productos de consumo habitual".

Será, dijo, un "mercado de tercera generación", con una planta baja con todos los puestos renovados, isletas centrales de pescados y congelados, una zona interior para carga y descarga con tres montacargas, una cafetería más moderna, y con escaleras mecánicas y ascensores para acceder a una planta con actividad comercial complementaria.