Llegaron buscando tranquilidad, y se encontraron el botellón. Los vecinos de la urbanización Jardines del Mitreo, localizada en las traseras de la Consejería de Agricultura, cerca de la avenida Luis Ramallo, denuncian los problemas de ruido y suciedad que sufren por la celebración de botellones en la zona, próxima a la discoteca Izaro. Además, advierten que carecen de servicio de limpieza y mantenimiento de jardines. "Las zonas verdes no lo son, están todas secas, y tuvimos que avisar para que vinieran a desbrozarlas este verano, porque habían un grave peligro de incendios", explica Luis Miguel Olivar, presidente de la comunidad de vecinos.

Olivar detalla que la urbanización está compuesta por 22 unifamiliares, todos habitados por familias jóvenes, que residen allí desde hace un año y medio. En enero está previsto que se retomen las obras de la parte pendiente de la promoción, por lo que se sumarán otras 22 viviendas. "Es una zona tranquila y agradable". A la vista, aparte de la consejería, queda el centro de rehabilitación neurológica Casa Verde y una nueva clínica radiológica en fase de construcción. "Está previsto que todo se vaya urbanizando, pero con la crisis, obviamente, está parado", señala el presidente de la comunidad acompañado de su esposa, María Angeles Molina.

Ambos consideran que esa falta de desarrollo urbanístico, que supone que la zona acoja escasa población, provoca la dejadez del cuidado del entorno. "No hay equipos de limpieza ni de jardineros destinados a este área", señala Olivar. Eso, sumado a la habitual presencia de jóvenes haciendo botellón los fines de semana, provoca que se acumule la basura y los cristales en las calles y en un parque cercano. "No debería ser así, porque pagamos nuestros impuestos como cualquier otros vecinos", apostilla Molina.

Según explican, ya han denunciado este problema y han solicitado en repetidas ocasiones la actuación de la Policía Local. "Hasta ahora, tenemos respuestas puntuales. Si llamamos porque hay ruido, vienen y hablan con los chavales. Pero cuando se van, al rato siguen igual o vienen otros", explica Olivar. Lo mismo, añade, les ha ocurrido al solicitar limpieza en la zona --"vinieron un par de días, pero luego no han vuelto"-- o el cuidado de las zonas verdes --"cuando avisó un vecino, vinieron por fin a desbrozar, pero normalmente está abandonado".

A estos problemas, suman las quejas por el mal uso de los contenedores, donde se deposita basura fuera de horario, con los problemas de olores que eso provoca, y la falta de civismo de los dueños de los perros a la hora de recoger sus excrementos. En la parte positiva, destacan la tranquilidad de la zona, con excepción del botellón, y el excelente ambiente entre los vecinos.