TDtesde que me conozco, y ya han pasado años, no he visto nunca una ciudad que siendo capital autonómica como es Mérida, no cuente con una oficina regional de tráfico. Así sucede en todas las capitales autonómicas de España, además de las provinciales y otras que por su importancia la tienen como Cartagena, Vigo, Sabadell, La Línea de la Concepción, Gijón, Menorca, Ibiza, Lanzarote o La Palma.

En el año 2002 se firmo un convenio con el Gobierno Central para que las capitales autonómicas albergaran una jefatura de tráfico. En el caso de Mérida se estipuló que estuviera terminada en el 2004. Sin embargo, no fue hasta abril del 2005 cuando el ayuntamiento cedió los terrenos de 'La Algodonera' para que abriera al público. Se firmaron las escrituras con el director provincial de tráfico pensando que la oficina de Mérida descongestionaría la existente en Badajoz, que estaba sobresaturada.

Un convenio similar se llevo a cabo en Galicia con Santiago de Compostela (capital autonómica), que abrió su oficina en el año 2005. Sin embargo en Mérida, los trámites se paralizaron porque se empezó a construir una nueva sede en Badajoz, que se terminó en el 2007. Pero la paralización para nuestra ciudad fue total y hace ya más de seis años que se firmó el convenio que seguimos esperando.

Y yo no pretendo incordiar, pero de nuevo nos encontramos ante otro agravio comparativo respecto a otras capitales de España, sobre todo por la nula implicación de nuestro Gobierno regional, que en vez de velar porque se cumplan las leyes firmadas, hacen todo lo contrario. Y sabemos que el ayuntamiento retomó el proyecto hace un año y nunca más se supo, pero nos gustaría que el mismo se implicara, para que esta iniciativa se convirtiera en realidad.

Mérida no debe caer en el olvido y su ayuntamiento debería trabajar para que por justicia tuviera lo que le pertenece, sin necesidad de mendigarlo, igualándose así al resto de capitales autonómicas. El problema no es solo la ausencia de la oficina (con los problemas de transporte que esto implica para todos), sino que además estamos asistiendo a un ninguneo que no creemos merecer.