TAt veces me resulta doloroso plantear en esta tribuna cosas que si me las callara, pasarían por desapercibidas y olvidadas. Y claro, es eso precisamente lo que persiguen con el silencio quienes las programan. Pero yo ni puedo, ni debo, ni quiero ocultar, y menos en democracia, que la información, especialmente la estadística, debe ser clara, limpia, concisa y contundente. Verán: desde hace ya mucho tiempo (años diría yo) vengo observando que los datos del Atlas Socioeconómico que elabora el Instituto de Estadística de Extremadura a instancias del Gobierno regional no se ajustan al rigor esperado en lo que a Mérida se refiere, significando y figurando una imagen de la ciudad totalmente falsa y equivocada que incluso puede provocar (y ese es el fin que se persigue) que las inversiones se marchen a otros lugares de Extremadura en detrimento de la capital. Es lo que ocurre por ejemplo, en el caso del turismo.

El Atlas considera como turistas tanto a las personas que pernoctan, de forma reglada o no, como a las que hacen excursiones. Con estos parámetros, el estudio dice que Mérida es la cuarta ciudad turística de Extremadura por detrás de Badajoz, Cáceres y Plasencia, en este orden. Pero claro, habría que ver los datos reales.

Debe ser que para la Junta de Extremadura, o en concreto para el Instituto de Estadística de la comunidad, aquí no pernocta nadie ni se hacen excursiones en cualquier día del año como sí ocurre en otras ciudades, según el Atlas, con más afluencia turística. Quizá por eso los datos relativos a Mérida disminuyen sin ningún tipo de miramiento pese a que nuestro Museo Nacional de Arte Romano es el más visitado de la región y el tercero de España. Es más, habría que sumar las cifras de varios museos regioanles para llegar a las del nuestro. Pero no es solo el Museo: también contamos con el Teatro Romano, el monumento con mayor número de visitas de la comunidad y España. Por suerte la realidad es bastante distinta y palpable a lo que arrojan los datos. ¿No lo creen ustedes?