TLta misión que desde un principio me quiero marcar, como nuevo colaborador de esta publicación, va a ser la de hacer un seguimiento objetivo y crítico a todo lo que esté relacionado con la política municipal, social y económica, etcétera. Naturalmente siempre con la idea de defender los intereses de nuestra tierra y de nuestros conciudadanos.

Criticaré duramente a veces y otras felicitaré a los políticos de las tendencias más dispares, porque no se puede luchar de cara contra los elementos, al final te chocas con los intereses- El rendimiento asqueroso a la pleitesía- Y la adulación a los dioses del Olimpo, que por mucho que tratemos de aniquilarlos, siempre van a seguir existiendo en la mente de los más débiles.

Hoy no podría callarme y hacer como hacen la mayoría de los emeritenses con su apatía enfermiza y su indolencia (aunque no todos). ¡Faltaría más! Pero no deja de ser infamante, que después de siete años en los que la Vuelta Ciclista a España no ha pasado por Extremadura, ahora, cuando tienen que hacerlo por obligación, pasen por la puerta de nuestra ciudad, porque es camino obligado, y no nos digan ni buenos días. Nos obvien y nos rehúyan como si fuéramos bichos raros o infectados.

Yo no sé de quién es la responsabilidad de que esto ocurra, si es la Federación Española de Ciclismo, la Extremeña, el Ayuntamiento, la Consejería de Deportes o de San Nani el de las Tortas , pero lo que sí es evidente es que Mérida es la capital autonómica de Extremadura y, además, está en línea recta del camino obligado de la Vuelta. Pero, sin embargo, una etapa acaba en Cáceres y la siguiente se inicia en Almendralejo, olvidando y despreciando a la capital de la región. Se ve a las claras que los que mandan no quieren nada con Mérida.

Ya veremos si hay alguien que nos lo pueda explicar, porque si la situación es económicamente difícil para hacer una parada en la capital de Extremadura, pero también lo será para los demás. ¿O no?