--¿Cómo valora el 175 aniversario del Museo de Arte Romano?

--Nos llena de orgullo esa trayectoria. Ha sido una celebración modesta, de acuerdo con las circunstancias, la crisis también nos afecta, pero estoy orgulloso del equipo y se han podido hacer cosas interesantes, como una exposición sobre la historia de la institución y otras actividades.

--Y el Congreso Internacional de Arqueología, en mayo.

--Por supuesto, eso fue el súmmum. Fue una cita muy importante, con 700 participantes y la flor y nata de la arqueología. La próxima vez se celebrará en Colonia y Bonn (Alemania) y siempre lo acogen en ciudades relevantes, pero es que la nuestra tiene mucho nivel en arqueología. A Mérida muchas veces no se le da la importancia que tiene, es Patrimonio de la Humanidad y es un conjunto arqueológico de primer orden; un lugar donde se puede seguir un curso completo de arqueología clásica a través de las piezas y monumentos. Uno se puede acercar a cómo se vivía en una ciudad romana, la gran ciudad del confín occidental de las tierras, como decían los romanos. Es la gran ciudad de la fachada occidental del imperio, con su puerta en Lisboa.

--Como nota amarga, el 175 aniversario coincide con un nuevo aplazamiento de la ampliación.

--Lamentablemente lo esperábamos, porque las circunstancias son las que son. En su día redactamos las necesidades de la ampliación, en un proyecto que hizo bueno Rafael Moneo y que incluye el Museo Visigodo. Eso tendrá que esperar hasta que la situación económica mejore. Yo sé que buena voluntad existe, porque a mí me lo comentan, pero la realidad es la que es.

--Son momentos difíciles, ¿pero no echa en falta más presión?

--Nosotros presionamos muchísimo. Llegamos hasta donde llegamos, a lo mejor no tenemos la fuerza suficiente, pero desde luego que se ha presionado desde muchas instancias. Pero la situación es la que es y puede haber proyectos más prioritarios.

--¿Cree que las administraciones están haciendo lo suficiente?

--Están haciendo lo suficiente, pero me consta que tienen los presupuestos que tienen y atienden lo que pueden. Por nosotros no va a quedar, siempre hemos sido muy reivindicativos. Construir este proyecto ya requirió el esfuerzo de muchas personas y costó sangre, sudor y lágrimas. Nosotros hacemos lo que podemos, pero si te dicen que no hay... Ahora estamos consiguiendo iniciativas como el arreglo de techos, la iluminación. Pueden ser consideradas menores, pero también son importantes. Y, además, en estos momentos de crisis tiene cabida la reflexión. Tenemos que hacer las cosas lo mejor posible con menos medios. Y estos momentos de crisis a veces te sirven para valorar mejor las cosas.

--¿Cuándo puede cambiar esta tónica?

--Cuando se revitalice la economía, pero también cuando se finalicen algunos proyectos que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ahora está sacando adelante como puede. Estuvo la ampliación del Museo del Prado y está el Arqueológico Nacional, que ahora es prioritario. Cuando se concluya este, espero que ya nos toque a nosotros, aunque no me gusta hablar de plazos.

--¿Sabe en qué fase está el Museo Arqueológico?

--Se está trabajando mucho, lo sé porque soy patrono, y es un museo hermano del de Mérida, intercambiamos piezas para completar el discurso. Creo que será una realidad muy pronto.

--¿Cómo evoluciona la actividad del museo? ¿Las visitas?

--Estamos más o menos como el año pasado. Normalmente pasan unas 200.000 personas al año. Ya podemos llevar unas 150.000.

--¿Y las actividades?

--Estamos haciendo lo que podemos, con nuestros presupuestos y gracias a un equipo muy comprometido con el museo. Pero estamos preparando una gran exposición, que empezará en noviembre. Además, estamos recibiendo piezas del Consorcio, completando colecciones y poniéndolo al día. Eso es muy importante, que todo el mundo pueda ver las cosas que aparecen en Mérida. Y el año que viene vamos a llenar la ciudad de Augusto, queremos provocar la Augustomanía , porque el 19 de agosto del 14 falleció el emperador y estamos preparando varios actos para conmemorar los 2.000 años y hablar de lo que supone su figura, no solo como fundador del Imperio, sino también de la ciudad.

--¿El museo debe estar más dirigido a los visitantes o a los emeritenses? ¿Cómo se conjugan esos enfoques?

--Efectivamente, a los dos. Los estudios de público dicen que los emeritenses vienen poco al museo. Ese es uno de nuestros retos. ¿No hemos conseguido llegar a ellos? Posiblemente. ¿Se puede llegar? Posiblemente también, es lo que estamos estudiando. Evidentemente, lo que nos interesa es el público en general, ya sea de Mérida o de Alemania. Ya hemos hecho cambios, como adaptar los horarios para abrir al mediodía, gracias al esfuerzo de la plantilla. El museo debe buscar al público y no el público al museo.