Chatos de vino, patatas fritas, boquerones y soleás. Los socios de la Peña Flamenca Santa Eulalia se reúnen cada jueves, como mañana, en el local que tienen cedido en el centro social de Nueva Ciudad para dar rienda suelta a su arte. A la guitarra, Gonzalo Cortés prolonga sus clases vespertinas con una reunión más informal, en la que alumnos y maestros del cante, a veces de forma simultánea, comparten su pasión por este arte. Esta agrupación emeritense lleva más de cuatro años de funcionamiento y supera el medio centenar de socios, según sus integrantes.

"No faltamos casi ninguna semana. Aquí cada uno canta lo que le apetece, ponemos vídeos, hablamos de flamenco. Lo que sea que tenga que ver con el arte", explica Cortés, que compatibiliza las clases de guitarra y cante con su trabajo en la banca. Y que advierte que no es fácil entrar en la peña, puesto que se analiza mucho el perfil de los aspirantes. "Queremos gente que sienta el flamenco de verdad".

Es lo que le ocurre a Julio Suárez o el camarón de Mérida , apodo heredado de su abuelo que vendía este tipo de pescado por la ciudad. "Cantaba muy bien y allá en los bares a los que iba, le pedían que entonara algunas canciones a cambio de comprarle el género", explica. El mismo conoció desde pequeño el coste de su pasión: "Fui a ver una actuación de muchos grandes (Porrina, Farina, La Niña de la Puebla...) que luego se quedaron cantando hasta las tantas en un bar. Y yo, con 12 años, no me quería ir para casa, y me llevé un buen castigo".

Suárez, de vuelta a Mérida con la jubilación, se ha incorporado a la peña en perfecta sintonía no solo con la guitarra al cante, sino con los compañeros de diversas profesiones y edades. Está Paco Cabezas, ya jubilado también pero que en su trabajo en el hospital era conocido como Paco el cantaor o Paqui Moreno, que lleva toda la vida ganando concursos familiares con su gran voz y ahora ha decidido educarla en los matices del flamenco. Todos se escuchan, se acompañan a las palmas, se corrigen y felicitan. Y, sobre todo, les sobra amor al arte y arte en sí mismo.