La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Badajoz absuelve a la exconcejal del PP Raquel Bravo y al técnico municipal T.M. de un delito continuado de prevaricación administrativa. La Fiscalía pedía para ambos dos años de prisión y nueve de inhabilitación, al argumentar que no habían atendido las denuncias presentadas por los vecinos contra los ruidos generados por el pub Caramelo.

La sentencia, contra la que cabe recurso de casación, considera como hecho probado que desde que Bravo fue nombrada Delegada de Medio Ambiente en 2011 y hasta enero de 2013, se presentaron «numerosas denuncias por diferentes vecinos» del inmueble donde se ubicaba el pub, llegando a presentarse un centenar de denuncias por ruido en 2012. Según el auto, «no se ha quedado acreditado que dichas denuncias fueran remitidas a la Delegación de Medio Ambiente», por ello, sostiene que no ha quedado «debidamente probado» que Bravo tuviera conocimiento de la interposición de estas denuncias.

Con respecto al técnico municipal T.M., que en el momento de los hechos era el jefe de sección de gestión administrativa de Medio Ambiente, la sentencia señala que no ha quedado acreditado que dirigiera la concejalía junto con Bravo, ni que «le fuera asignada función alguna en materia de impulso y tramitación de expedientes sancionadores en materia de ruido». De esta forma, la Audiencia Provincial considera que las pruebas analizadas no son suficientes para condenar a los acusados y los absuelve de los delitos, al tiempo que las costas procesales se declaran de oficio.

gestión municipal // Cabe destacar que la Audiencia afirma que es «ciertamente lamentable la inactividad del Ayuntamiento de Mérida ante las denuncias de los vecinos, denuncias que cayeron en saco roto hasta que intervino un Juzgado de Instrucción, es lamentable la falta de organización y control en el mismo».

En esta línea, el auto del juez va más allá criticando el modo de proceder del gobierno municipal en el año 2011: «Cuando se llega al gobierno municipal se desmantela por el nuevo equipo un Servicio como era la Unidad Administrativa Instructora, que contaba con un Jefe de Servicio, un asesor jurídico, un asesor o apoyo técnico, y un Jefe de Negociado como apoyo administrativo, cuya función era precisamente el control y sanción de un problema tan grave y que tanto afecta a los ciudadanos como es el ruido, la contaminación acústica».