Laura Pizarro estaba recibiendo una charla en la Escuela de Organización Industrial cuando su bombilla emprendedora se encendió. Uno de los ponentes dijo que no encontraba ropa para su bebé con piel atópica, y a ella, que siempre le gustó la moda infantil, no le hizo falta más para ponerse a trabajar. Así nació Bebo Baleno, una marca de ropa destinada a los bebés con este tipo de piel.

-¿De qué está hecha esta ropa?

-La fibra textil es algodón orgánico, que es la más suave y la que menos roza y que, al ser natural, está cultivada sin pesticidas ni fertilizantes. También busqué certificados de calidad que me aseguraran que no usaban sustancias nocivas para la piel o para los bebés. Por eso utilizo tejidos que tienen certificados que me garanticen que el algodón es orgánico, que no se utilizan productos químicos y que la producción es ética y sostenible. También me centro en otros elementos como los botones, las etiquetas o el hilo, que me lo fabrican a mí especialmente porque en el mercado no lo hay de algodón.

¿Ha sido fácil sacar adelante este negocio en una ciudad como Mérida?

-No, aunque habría sido difícil en cualquier ciudad porque lo que más me ha costado ha sido encontrar a proveedores con la calidad suficiente y que me dieran la garantía de que eran aptos para ese tipo de piel. También me costó encontrar el taller de confección y la patronista. Al principio pensaba que no había. Luego ya las encontré por casualidad y fue una suerte porque congeniamos estupendamente. Además, trabajamos juntas porque están aquí en Mérida, y todo eso influye en la calidad de la ropa. La producción local aporta muchas cosas y reduce también otras tantas. Producir localmente siempre es positivo tanto para la empresa y la calidad del producto final como para el entorno.

¿Piensa crear una colección de este tipo para otras edades?

-Sí. Empecé con tallas de 0 a 2 años porque estoy yo sola al frente del negocio y esto conlleva muchísimo trabajo e inversión, pero en los 15 días que llevamos on line muchísima gente me ha preguntado por tallas más grandes, así que ahora en otoño quizás apostemos por aumentar la talla hasta, por lo menos, niños de 6 años, que es el rango de edad en el que más problemas de dermatitis atópica hay.

¿De dónde viene el nombre de su marca, Bebo Baleno?

-Estuve buscando nombres durante meses mientras avanzaba en el proyecto, y tenía muy claro que uno de los principales valores que quería transmitir era la protección y el cuidado. Un día, leí un artículo sobre la ballena azul y me impactó bastante, porque la madre ballena azul vive para su bebé durante unos dos años para cuidarlo, protegerlo y enseñarle a valerse por sí mismo hasta que empezase a nadar en solitario. Me gustaron mucho sus valores y una amiga publicista me dijo que ahora hay una técnica de publicidad que traduce los nombres a esperanto, una lengua inventada que surgió en el siglo XVIII. Me gustó la idea, traduje ‘bebé ballena’ a esperanto y acabó surgiendo Bebo Baleno.