El ayuntamiento ha basado el decreto de cierre de Extremeña de Grasas en el Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas y en la ley de 1 de julio del 2002 de prevención y control integrados de la contaminación, de donde se desprende que los consistorios, además de tener competencias para comprobar la instalación y funcionamiento de las empresas, también pueden revisar las licencias si el funcionamiento es incorrecto, ya que estos permisos tienen un cierto carácter de provisionalidad.

Así, si la actividad de forma reiterada mantiene un funcionamiento incorrecto, causando graves molestias a los ciudadanos, el ayuntamiento puede ordenar la corrección de estas y revisar las condiciones de la licencia de funcionamiento que se otorgó a la empresa, ya que la actividad debes ajustarse a las exigencias del interés público. Por este motivo, puede imponer las medidas de corrección y adaptación que resulten necesarias. También pueden renovar la autorización cuando se hayan realizado las reformas que se exijan.