Los socios del Liceo de Mérida han dejado la pelota en el tejado del ayuntamiento y de la Junta de Extremadura. Han ofrecido la donación de su sede, un edificio de dos plantas --y posibilidad de una tercera-- con 2.500 metros cuadrados construidos en plena calle Santa Eulalia, a cambio de que se hagan cargo de una deuda de 800.000 euros. Esta es la última baza de la sociedad si no quiere dar por finalizada una historia que acaba de cumplir 110 años, puesto que el Juzgado de lo Mercantil de Badajoz le ha dado un plazo de dos semanas antes de ejecutar la orden de embargo de sus bienes para satisfacer las deudas contraídas con sus acreedores, como ya informó este diario el pasado martes.

Esta resolución supondría la subasta pública del edificio, un final que los socios quieren sortear a toda costa para evitar que estas instalaciones que durante décadas se convirtieron en "el faro de la cultura de Mérida" caigan en unas manos con intereses meramente lucrativos.

La propuesta de donación del inmueble al pueblo de Mérida estaría condicionada a que se destine a un fin cultural, de acuerdo con la filosofía fundacional de esta sociedad, preferentemente a la creación de una facultad de Bellas Artes. Asimismo, los socios se quedarían durante un máximo de 25 años con las dependencias de las oficinas anexas y La Bodeguilla, unos 300 metros cuadrados, para continuar con su actividad.

A primera vista supone un buen negocio para las instituciones públicas, puesto que el valor de este edificio podría superar los seis millones de euros en el mercado "tirando a la baja", según Antonio Vélez, secretario de la Junta Directiva del Liceo. De hecho, actualmente tienen en venta la sede para la construcción de un edificio de oficinas a un precio que supera los 3.000 euros el metro cuadrado. Pero el tiempo es el principal obstáculo para poder alcanzar un acuerdo que evitase la subasta pública del inmueble y la consecuente desaparición de la entidad. Dos semanas es el plazo que tienen los socios para llegar a un acuerdo, ya sea por esta vía o por otras, antes de que se ejecute el embargo de los bienes. Por otro lado, la situación que atraviesan las arcas de las administraciones públicas no es la más apropiada. El alcalde de Mérida, Angel Calle, preguntado ayer por la propuesta, ya advirtió que es "muy difícil" que el ayuntamiento asuma esta deuda, a la que habría que sumar una fuerte inversión para adecuar las instalaciones.

La oferta fue planteada ayer en rueda de prensa por el presidente de la junta directiva del Liceo, José Saquete, el secretario, Antonio Vélez, el vicepresidente, Germán Gómez Rico, y el tesorero, Leonardo Naharro.