«Podría habernos matado», pero afortunadamente todo quedó en un susto. Las intensas precipitaciones que se registraron ayer, acompañadas por fuertes rachas de viento, provocaron el derrumbe de parte de una casa deshabitada ubicada en el número 4 de la calle José de Espronceda, en la barriada de San Albín. En torno a las 17.40 horas, la techumbe y un trozo de muro se vinieron abajo y cayeron en el patio de la vivienda colindante, en el 24 de la calle Pizarro, causando importantes daños materiales por el desprendimiento de los materiales, aunque por suerte no hubo que lamentar heridos.

En el momento del derrumbe, un matrimonio octogenario formado por Ángel González y Juana Moreno se encontraba descansando en el salón de su vivienda. «Sentí como si hubiera sido un trueno o una bomba, así que me levanté y al mirar por el cristal de la puerta que da al patio no se veía nada, solo mucha humareda. Hemos tenido suerte de que estábamos los dos sentados en el salón», relataba el propietario. Tras el desplome, su mujer se puso muy nerviosa y llamó a su hija, que se personó en el domicilio junto a otros familiares.

Cabe destacar que los efectivos de la policía local y de los bomberos acudieron al lugar de los hechos y acordonaron el exterior de la vivienda en la que se precipitó el muro para evitar el paso de los peatones ante la posibilidad de nuevos desprendimientos. Además, y según informaron fuentes municipales a este diario, ya se ha dado parte de lo ocurrido a la Delegación de Urbanismo del consistorio por si hubiera que llevar a cabo una investigación al respecto.

González apuntó que limpiaron de escombros el sumidero que recoge las aguas del patio por si volvía a llover: «Esto me lo tienen que limpiar cuanto antes porque es un peligro, porque como llueva y se atasque el sumidero se me llena la casa entera de agua». Aún con el susto metido en el cuerpo, tan solo podía sentirse agradecido: «Si me llega a pillar por la escalera del patio cuando subo a tender o a mi mujer limpiando en la pila de lavar a mano nos mata, así que estamos dando gracias a Dios que no nos ha pasado nada».