Todo esfuerzo tiene su recompensa. Bien sabe de esto el pianista Abraham Samino, que recientemente ha sido galardonado con el ‘Würdigungspreis 2018’, un premio que otorga el Ministerio de Educación de Austria a los 50 alumnos de máster más brillantes del país. El músico emeritense se formó en el conservatorio municipal Esteban Sánchez de Mérida hasta obtener el grado profesional y continuó su formación en la prestigiosa Universidad Mozarteum de Salzburgo (Austria), donde ha estudiado durante siete años. La distinción honorífica reconoce su trayectoria universitaria como estudiante de piano, por su impecable expediente académico, pero sobre todo por su proyecto final de máster titulado Ch2opin, en el que reinterpreta de manera íntegra las cuatro baladas de Frédéric Chopin.

-Empezó a estudiar en el conservatorio siendo niño, ¿cómo nació su interés por la música?

-El interés por la música me llegó un poco por casualidad, porque mis primas se apuntaron al conservatorio y me llamó la atención. En mi casa siempre han sido muy aficionados a la música y mis padres decidieron apuntarme al conservatorio. Lo que tenía muy claro al elegir el instrumento era que quería piano, si no me hubieran dado la plaza habría esperado otro año, pero al final me la concedieron y empecé en el conservatorio con siete años.

-¿Por qué eligió piano?

-¿Y por qué no? (Risas). Lo único que sé es que la música me aporta casi todo, forma parte de mí, aunque me guste hacer otras cosas como escribir, cantar y actuar. La música siempre está ahí porque es un filtro de expresión super necesario en mi vida.

-¿Cómo se ha tomado el reconocimiento por parte del Ministerio de Educación de Austria?

-Ha sido una sorpresa porque no es algo que solicites. Me enteré de que el rectorado me había propuesto como el único representante de mi universidad. Estoy muy feliz porque es un reconocimiento a los años de estudio en la universidad, además, que lo haga un país extranjero más.

-¿En qué consistía su proyecto final de máster sobre Chopin?

-Consistía en hacer una interpretación de las cuatro baladas de Chopin para grabarlos en CD. Luego escribí sobre mi interpretación relacionándola con el agua como elemento, que es como yo siento la música de Chopin, y porque dos de sus baladas están directamente relacionadas con este elemento a través de unos poemas en los que se supone que el compositor se inspiró, de ahí el titulo Ch2opin, que llamó mucho la atención. Si todo va bien, antes de Navidad sacaré el disco que lo va a financiar la Fundación CB y sería mi primer disco en solitario, de manera oficial.

-¿Cómo se ve desde la distancia el panorama cultural de la ciudad?

-El panorama cultural emeritense va mejorando, pero podría haber más oferta cultural y durante todo el año porque da la impresión de que está todo muy concentrado en el verano.

-¿La juventud está cada vez más alejada de la música clásica?

-La música clásica se ve más como algo elitista y los jóvenes no se acercan, muchas veces por falta de información. Es un poco triste, pero para eso estamos los músicos jóvenes, que lo mismo hablamos de música clásica que de David Bowie. La manera en la que presentas la música también influye para acercarla a los jóvenes, como por ejemplo, explicar de qué va el concierto o ponerte un traje de colores en vez de negro.