Nunca llueve a gusto de todos. Desde que hace un par de semanas comenzara la instalación del tradicional alumbrado navideño en las calles del centro de la ciudad, las redes sociales han recogido las críticas de ciudadanos que se han posicionado en contra alegando, principalmente, que el coste de las luces debería destinarse a otros fines. También hay quienes no aprueban esta iluminación argumentando que no tiene sentido porque «no hay nada que celebrar» o «vamos a estar confinados». Pues bien, a pesar de las críticas, la previsión del ayuntamiento es que el encendido tenga lugar el próximo 27 de noviembre.

En el año 2013 se adjudicó el contrato de iluminación de la vía pública a la UTE Endesa-Enel, en el que está incluida la instalación de la luminaria especial para la feria de septiembre y Navidad. «Dado que este año se ha suspendido la feria, se incorporarán las luces de esta festividad a las de Navidad para mejorarlas», explica la portavoz municipal, Carmen Yáñez. «Se pongan o no las luces, hay que seguir abonando la cuantía del contrato relativa a ese precio», apunta.

«Al margen de este contrato, que se paga mensualmente, el ayuntamiento no gastará ni un euro más en el alumbrado y la decoración de Navidad», recalca. Además, la delegada subraya la importancia que tienen las luces navideñas, ya no solo porque estéticamente sirven para embellecer «las zonas más turísticas y comerciales» de la ciudad, sino porque a su vez ayudan a potenciar el consumo en el comercio local. «En estas fechas también se genera más empleo por el incremento de las compras que se hacen en los distintos sectores», puntualiza.

En este sentido se expresa la presidenta de la Asociación de Comerciantes de Mérida, Patricia Llanos, quien asegura que los comerciantes están «de acuerdo» con la instalación del alumbrado porque es «un aliciente para la Navidad». «Mérida es una ciudad turística y tenemos que apoyar que se vea bonita y que la gente se anime a salir. Hay que pensar también en los niños que esperan las luces», destaca.