Tus manos pueden salvar vidas. Esta es la idea que se quiere hacer llegar a la ciudadanía con motivo del Día Europeo de Conciencia ante el Paro Cardíaco que se celebra hoy, pero que ayer se adelantó en la ciudad con una jornada de concienciación organizada por la Sociedad Española de Medicina de Urgencias (Semes) y el Consorcio Extremeño de Transporte Sanitario. El objetivo de esta iniciativa es formar a los ciudadanos en las técnicas básicas de soporte vital, para que sepan reconocer los primeros síntomas de una parada cardíaca y conozcan la secuencia de actuaciones rápidas que se deben realizar para poder salvar una vida.

Centenares de emeritenses acudieron ayer a la plaza de España para aprender las técnicas de reanimación cardiopulmonar en niños y adultos, así como la de obstrucción de la vía aérea y la maniobra de Heimlich. «En esa situación de paro cardíaco a la víctima no le funciona el corazón ni los pulmones y la única ayuda que tiene es que nuestras manos sustituyan a su corazón y nuestra boca a sus pulmones», explica el presidente de Semes Extremadura, Álvaro Valverde-Grimaldi. En esta línea, destaca que es muy importante hacer las maniobras con calidad, sobre todo en el sentido de «saber colocar la posición de las manos para el masaje cardíaco y hacerlo con la frecuencia adecuada, de un mínimo de 100 compresiones por minuto».

El presidente subraya que en este tipo de situaciones el tiempo «corre en nuestra contra y por cada minuto que se retrase la aplicación de la maniobra el porcentaje de supervivencia se reduce un 10%». En cualquiera de los posibles casos de parada cardíaca, se recomienda gritar para pedir ayuda y llamar al servicio 112, sin dejar de atender a las compresiones y ventilaciones, que en el caso de los niños es de 30 compresiones torácicas y dos ventilaciones durante dos minutos, y en el de los adultos, con la misma frecuencia pero hasta la llegada de los servicios sanitarios.

El goteo de ciudadanos que participaron en estos talleres fue una constante durante toda la jornada, en la que muchos familiares acudieron con los más pequeños para que aprendieran desde niños la práctica mediante el uso de maniquíes de resucitación cardiopulmonar, proyecciones y un díptico informativo.

«Es muy importante que se empiece a concienciar en los niños para que vayan tomando una actitud más proactiva ante una emergencia que se pueda producir en la calle», apunta el responsable de planificación estratégica y comunicación del consorcio del transporte sanitario, Antonio Castillo. A su juicio, un mensaje «simple e importante» que transmitir a la ciudadanía es que «a cualquiera de nosotros nos puede pasar y tener en el entorno familiar alguien que pudiera conocer estas técnicas de reanimación cardiopulmonar puede ayudar a salvar la vida de un ser querido». En relación al nivel de concienciación que existe sobre este asunto, Valverde-Grimaldi considera que «todo el mundo está concienciado», de ahí que ayer se registrara una alta participación de emeritenses en los talleres.