Los maños que compraron al Mérida por algo más de cincuenta millones de pesetas, me entiendo mejor con las pelas, vinieron por lana y salieron trasquilados.

¿Porque querían estos maños un club en bancarrota y con unas deudas millonarias?. Se dedican al sector inmobiliario y no le deben haber salido nada bien las cosas en la ciudad.

Da vergüenza leer y oír como los jugadores esperan recibir algo de lo que le deben para poder comer y para el arrendamiento del piso. Y les tienen con promesas, con engaños, con dudas.

Viene de largo. Se empeñaron en hundir al club del Mérida en Segunda A y lo consiguieron. Había deudas, como en todos los clubes de este país, menos el Real Madrid, que con la ayuda del gobierno popular vendió los terrenos de la ciudad deportiva y se les acabó la deuda. Los demás clubes, todos, tienen sus deudas. El Mérida, una ciudad con cincuenta mil habitantes, dos veces en Primera División, las tenía.

Llegaron en la debacle como si fuera una tabla de salvación de sus respectivos negocios por la publicidad gratuita de los medios de comunicación. Se empeñaron en coger las riendas del Mérida sin tener la más remota idea de como hay que llevar una entidad deportiva de esta magnitud.

Consiguieron ir capoteando el temporal empeñando a más de un empresario, sobre todo a Roberto Vázquez, que sólo se le llamaba para poner dinero, ahora, que todo ha cambiado, y que quiere cobrar lo que puso, vienen los maños a salvar al Mérida y lo han hundido hasta tal profundidad que no hay forma de salvarlo. Y sin posibilidad de recuperación por mucho boca a boca que se le haga. Y quieren vender el cadáver.

Vergüenza la fama que estamos adquiriendo. Lo habíamos conseguido todo.

Las conciencias de algunos debe estar inquietas, suponiendo que tengan conciencia.