La planta amazónica que cubre las orillas del río Guadiana a su paso por Mérida y que es conocida como camalote puede tener consecuencias muy dañinas para la flora y fauna de este enclave si no se actúa a tiempo. Toda la cadena biológica puede verse afectada, ya que se trata de una especie que impide el paso de la luz hacía las plantas autóctonas y disminuye el oxígeno en el agua, ya que consume mucha agua y produce una mayor evaporación. Además, disminuye los nutrientes con lo que los peces pueden tener menos comida.

Así lo explicó ayer Pedro Muñoz, jefe del Servicio de Conservación de la Naturaleza y Espacios Protegidos de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente, que, sin embargo, considera que ni flora ni fauna se han visto afectadas por el momento por la masiva presencia de esta especie exótica.

Muñoz comentó que la Universidad de Extremadura y la propia Junta, además de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, saben de la existencia de esta planta en el río Guadiana desde hace algo más de un año, tiempo en el que se ha estado estudiando su ciclo vital, ya que hasta ahora era escasa su presencia y se conocían pocos datos de la misma. Pero, habrá que esperar hasta el invierno para actuar de forma más contundente para intentar atajar el problema, porque "es muy sensible al frío".

Hasta entonces seguirán tomando medidas para evitar que siga avanzando la población de esta planta. La próxima semana, por ejemplo, se actuará en el río a su paso por el casco urbano de Mérida, comentó; incluso se harán más adelante pruebas con herbicidas en lugares donde no haya peligro alguno.

En cualquier caso, Muñoz aclaró que el camalote no produce ningún perjuicio para el ser humano, y pidió una mayor responsabilidad ciudadana a la hora de traer especies exóticas, porque "muchas veces no nos damos cuenta del peligro que pueden suponer".