El rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza y el emeritense Juan Carlos Jiménez, que tomó la alternativa de manos del primero, salieron ayer a hombros de la plaza en la primera corrida de feria en la que el rejoneador portugués Joao Moura hijo fue premiado con una oreja.

El rejoneador local Juan Carlos Jiménez tomó la alternativa concedida por Pablo Hermoso de Mendoza, quien le cedió el toro Aldeanero , marcado con el número tres y de 565 kilos.

El de Luis Terrón se lució en banderillas, clavó por los adentros, lo que arrancó merecidos aplausos. Tardó en matar y sólo pudo saludar desde el tercio.

Con el que cerró plaza, un toro soso y manso, lo intentó encelar tirando de él con la cola de su caballo, pero sólo consiguió arrancar al astado al sentir el hierro y de forma rebrincada.

El rejoneador puso toda su voluntad y fue premiado con las dos orejas de su oponente.

Hermoso de Mendoza apechó con un toro distraído, que se dolió al castigo de los primeros rejones con el que se tuvo que emplear a fondo llegando a la cara del astado, que de un arreón le alcanzó la jaca. Casi todo lo tuvo que hacer el jinete, que destacó con su sapiencia torera.

Con el cuarto toro volvió a entusiasmar encelando la embestida del toro gacho y abrochado de pitones, además de escaso de fuerzas. Con el tercero, todo lo tuvo que hacer el rejoneador navarro hasta conseguir una oreja.

Con el quinto de la tarde, parado y distraído, el portugués sólo pudo exhibir su voluntad en conseguir el lucimiento que el toro le negó con su falta de casta y sobrada sosería.