Septiembre de 1910: Maximiliano Macías y José Ramón Mélida inician las excavaciones del Teatro Romano. Solos, ante la indiferencia de todos los emeritenses, que no terminaban de creer que una tierra de cultivo fuera a convertirse en uno de los monumentos más importantes del patrimonio histórico de la humanidad.

Septiembre del 2010: más de 2.000 personas asisten al acto de celebración que conmemora el centenario de aquellos hechos. Unos hechos que sin duda, han sido los más importantes para la ciudad en el último siglo. Porque sin ellos, Mérida no sería el yacimiento arqueológico urbano más importante de nuestro país. Ni tampoco recibiría la visita de más de 400.000 turistas al año.

Desde que Mélida y Macías iniciaran las excavaciones, con 6000 pesetas y sin más vehículo de comunicación que el correo tradicional, la ciudad ha cambiado. Así lo destacó el alcalde, Angel Calle, en el acto institucional que se celebró por la noche en el propio teatro, en el que apostó por este como referente único e indiscutible para Mérida.

Y apostó por el pasado para salir de la crisis. Porque "en momentos de crisis, es necesario agarrarnos al futuro con ilusión, pero el futuro es también nuestro pasado, porque nuestra historia es nuestra seña de identidad", afirmó el primer edil. Porque tras los arqueólogos, vienen los turistas, y por ello el consistorio "se compromete a fortalecer y seguir apoyando al Consorcio de la Ciudad Monumental, a seguir promocionando la ciudad y a continuar estableciendo estrategias para que los turistas recorran Mérida".

Además del alcalde, al acto también asistieron, entre otros, el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara y el director del Museo Nacional de Arte Romano, José María Alvarez Martínez, que señaló que este pronto acogerá una exposición sobre los 100 años de excavaciones arqueológicas en la ciudad.

Porque a partir de ahora "el objetivo es que los emeritenses sientan la arqueología como parte de su vida. Que entiendan que estos 100 años de excavaciones con sus pasos adelante y sus pasos atrás han hecho de Mérida la ciudad que ahora es". Una ciudad, según el alcalde, que da la oportunidad de crecer por dentro y por fuera, y que es sobre todo, un punto de encuentro entre las diversas civilizaciones que han pisado sus calles, tan llenas de historia como siempre y ahora, más vivas que nunca.