Buen estado de conservación del conjunto monumental y calles limpias frente a un aspecto negativo: Mérida se puede visitar en un solo día. En líneas generales, así opinan los visitantes de la ciudad mientras recorren el centro emeritense ataviados con gorras para calmar las altas temperaturas, con folletos explicativos en la mano y, eso sí, con muchas ganas de conocer el legado romano. Cuando restan pocos días para terminar el verano y la temporada alta, los turistas siguen acudiendo en masa para visitar los monumentos más emblemáticos de la ciudad.

Muchos de los visitantes se muestran sorprendidos de lo bien conservado que está el patrimonio emeritense y se quedan asombrados con la grandeza de los monumentos. Sin embargo, la mayoría de los turistas consultados reconoce que tan solo utiliza un día para ver la ciudad, ya que el resto aprovechan para visitar otros rincones de la geografía extremeña. Es habitual verlos recorrer las calles en grupos grandes, sobre todo si son extranjeros. Por su parte, los que proceden de otros puntos del país o de la propia comunidad autónoma suelen viajar en familia, bien con la pareja o con los hijos. Para algunos resulta un tanto incómodo que en la calle José Ramón Mélida haya tantos hosteleros animándoles a comer en sus establecimientos, lo que no les exime de entrar en las numerosas tiendas de souvenirs que hay en esta vía para hacerse con algún recuerdo.

A pesar del intenso calor que se registra en la ciudad en muchos momentos del día, de los aparcamientos en el centro o las distancias que hay entre algunos monumentos, los turistas tienen claro que Mérida es un viaje obligado y se van satisfechos.