El nivel de asociacionismo vecinal es muy elevado si se tiene en cuenta el número de colectivos agrupados por barriadas en la ciudad. Basta un dato: Mérida casi iguala ella sola la cifra de asociaciones de vecinos de Badajoz y Plasencia, y concentra el mismo número que Badajoz, Don Benito y Villanueva de la Serena juntas. En la actualidad hay registradas 39 agrupaciones, frente a las 26 de Badajoz, 18 de Plasencia o 9 de Almendralejo, por ejemplo; y sólo Cáceres se le acerca, con 36 asociaciones contabilizadas.

Estos datos oficiales reflejan que en Mérida hay una asociación de vecinos por cada 1.300 habitantes, un porcentaje que supera con creces el de Badajoz (una asociación por cada 5.300 vecinos), Cáceres (una por cada 2.300), Plasencia (una por cada 2.100 vecinos), Almendralejo (una por cada 3.100), Don Benito y Villanueva de la Serena, que reúnen un colectivo vecinal por cada 4.500 y 3.500 personas, respectivamente.

La saturación aún fue mayor hace apenas una década, cuando en la ciudad había registradas medio centenar de asociaciones de vecinos. Aún así, la situación actual ha llevado a decir a la delegada de Participación Ciudadana, Mari Luz Calvo, que "esto se está convirtiendo en un reino de taifas", citando como ejemplo la cifra existente en Mérida con la que hay en Badajoz.

PROBLEMAS AÑADIDOS Esta distribución considerable congregada en la Federación de Asociaciones de Vecinos de Mérida, es un problema añadido a la hora de dividir los fondos municipales para estos colectivos. Esta semana se ha vuelto a demostrar la falta de acuerdo entre el ayuntamiento y las asociaciones en materia de reparto de subvenciones, y mientras el colectivo vecinal asegura que el equipo de Gobierno no ha aceptado facilitarles 1.000 euros a cada una para su mantenimiento, la Delegación de Participación Ciudadana considera que ni las propias agrupaciones se han puesto de acuerdo en sus demandas. Al final será el consistorio el que aporte financiación para los proyectos que estimen necesarios.

Al margen de esta polémica, la división en la relación entre asociaciones y ayuntamiento es patente según el colectivo vecinal del que se trate.

Por ejemplo, mientras la asociación de Santa Catalina ha denunciado la pasada semana que el equipo de Gobierno "ignora" las demandas de este colectivo, señala al mismo tiempo la "disponibilidad" del alcalde para con María Auxiliadora, asociación con la que Acedo reconoce en el saluda de su semana cultural tener "buenas relaciones" con la junta directiva.