Los emeritenses tenemos una semana movidita. El AVE se posó de forma definitiva sobre Mérida, aunque no las tiene todas consigo el alcalde, Pedro Acedo, que hasta que, como santo Tomás, no se monte en el AVE, no se lo cree, y eso va a tardar unos años, para entonces gobernará la ciudad otro alcalde, según el mismo ha manifestado, será esta su última legislatura. Pero quiere quedar todo atado y bien atado y los carriles en condiciones.

Cuando el AVE funcione podremos ir a Fitur en un abrir y cerrar de ojos. Una caseta propia, como siempre. El entonces alcalde, Antonio Vélez, tuvo bastantes enfrentamientos con algunos compañeros suyos del partido, principalmente con la Consejería de Turismo que no comprendía el que Mérida fura por libre, y así se hizo y así se hace.

La promoción de Mérida es algo que está tan seguro de triunfar que es preferible ir sólo, como ya lo están intentando otras poblaciones. Es un gasto que merece la pena, dar a conocer Mérida en todos sus aspectos es algo que no se puede escapar como oportunidad.

Y para ser más protagonistas: los carnavales. Cada año aumentan las comparsas. Todo va viento en popa y la vela es la que tiene que llevar algunos para que la luz resplandezca y no se nos apague en mitad del camino. Pero la ciudad no se integra, no participa, sólo lo ve a través de televisión. Una pena. Mérida tiene mucho que decir en todos los sentidos, pero cuidemos que nuestro discurso sea escuchado y creíble: AVE, Fitur, carnavales y unas ordenanzas municipales para regular la convivencia.