--Nacido en Beja (Portugal) pero emeritense de adopción, ¿de dónde le viene su arte?

--La verdad que no me viene de familia, pero a los ocho años me vine a Mérida y mi padre me compró una guitarra por 700 pesetas porque ya con siete años me hice una con una tabla y unas cuerdas de goma. La guitarra ya me tiraba y eso que en Portugal no se escuchaba flamenco. Cuando llegué a la ciudad empecé a aprender con los Verdinos, unos gitanos que me enseñaron el compás con los bastones. Ellos no me enseñaron a tocar, si no que yo aprendí de esos sonidos, de esos bastones, palmas y cantes a ir metiendo falsetas en la guitarra y haciéndolas a mi manera.

--¿Cómo traslada el cante por jaleos y tangos a la guitarra?

--Cuando salió Paco de Lucía todos queríamos tocar como él y yo tocaba, pero hasta que me di cuenta que era un fuera de serie y que tenía que hacer mi propio toque. Los jaleos y los tangos extremeños pertenecen a los gitanos de Badajoz y eran los cantes que hacían en sus fiestas. El toque lo hice mío escuchando estos cantes y llevándolos a la guitarra, con un toque pausado que respira con muchos matices. Hoy si quieres ser alguien tienes que hacer tu toque y tener personalidad. El flamenco tradicional se está encontrando con gente que lo aprende mecánicamente.

--¿Por qué defiende el purismo?

--Soy un defensor del flamenco puro porque el nuevo flamenco tiene muchas luces. La guitarra flamenca ha corrido mucho y se toca muy rápido. Creo que se ha perdido un poco la esencia flamenca de la falseta cortita. Ahora no se saborea el toque en sí ni se toca con alma, sino que es muy metódico y de academias. La guitarra es el alma del flamenco y al final esa sensibilidad se tiene o no se tiene, porque si Dios te la da ahí es donde está el verdadero artista, tocando más o menos rápido y con más o menos técnica.

--¿Qué supone recibir el premio Tío Luis el de la Juliana?

--El premio me viene muy bien como colofón de todo lo que he hecho y porque al final me han reconocido aunque sea en Madrid. Estoy muy contento porque se lo han dado a gente muy importante como Paco de Lucía y a ver si también sirve para tener más trabajo. Llevo toda la vida tocando jaleos y tangos y es una pena que nunca me lo hayan reconocido en mi propia tierra. Marca Extremadura soy yo ahora mismo, que no me he movido nunca de aquí y he conseguido este premio. Esta tierra no valora lo que tiene y lo que reina es lo de fuera teniendo a gente muy buena.

--En su carrera ha acompañado a grandes nombres pero, ¿cómo fue tocar para Camarón?

--Estuve tocando unas dos horas con Camarón mientras probábamos equipos de sonido en el teatro romano porque Tomatito llegó tarde. Fue una experiencia muy bonita.

--¿Cómo ve la situación del flamenco en Extremadura?

--Extremadura es flamenca y tiene su toque, su arte y gente que canta muy bien. Ahora estamos en un buen momento.

--¿Qué es el flamenco para usted?

--Para mí el flamenco es una necesidad como respirar el aire y la guitarra una medicina. Le debo mucho a la guitarra porque me ha abierto muchas puertas.