Miles de ciudadanos de Mérida y de otros puntos de la región han pasado en los últimos tres días por el mercado medieval, que culminó ayer y que ha contado con un centenar de puestos, dedicados sobre todo al circo y a los niños.

El objetivo, al margen del negocio que buscan los artesanos, ha sido dar protagonismo a los más pequeños y que familias enteras disfrutasen de todos los puestos y pasacalles organizados en torno a la plaza de España y la de Santa Clara, así como en las calles aledañas.

Además, este año se ha dado la circunstancia de una mayor presencia de puestos de artesanos extremeños, con productos hechos en tapices, vidrios, sedas, cuero y alfarería, entre otros materiales. Sin embargo, buena parte del negocio se la han llevado quienes han ubicado tabernas y puestos de comida, cada vez más habituales en estas citas.

La presencia de ciudadanos en este evento ha sido masiva, pero sobre todo ayer la multitud era notable, aprovechando además que la climatología acompaño. Además, los bares del centro también se han visto beneficiados por esta circunstancia, y han estado llenos durante todo el fin de semana.