Francisco Miranda será este año el encargado de organizar y desarrollar la celebración de la Semana Santa emeritense. El objetivo, según informa el ayuntamiento, es dar un trato especial a la cita religiosa separándola del resto de delegaciones municipales para desarrollar al completo el certamen y darle el apoyo que necesita como fiesta de interés turístico nacional. Miranda, actual responsable de Infraestructuras y Obras, Servicios, Parques y Jardines y los centros especiales La Encina y Proserpina será también el encargado desarrollar el expediente para que el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio de España conceda a la celebración la distinción de Fiesta de Interés Turístico Internacional a lo largo de esta legislatura, aunque el concejal reconoce que será complicado y para ello pide la implicación de empresarios y hosteleros.

"Esto es un camino complicado, es una catalogación difícil. Me encantaría que dentro de esta legislatura el tiempo fuera el suficiente como para que se propiciara, pero también hay que tener los pies en el suelo y saber que la catalogación no es nada fácil", declaró ayer. Miranda recuerda que uno de los principales atractivos de la Semana Santa emeritense es que parte de los actos religiosos y el recorrido de los pasos de cofradías y hermandades se llevan a cabo en el entorno de los monumentos, como es caso del Vía Crucis, que se celebra en el Anfiteatro. "Esto es algo que no existe en el resto del mundo. El Vía Crucis sería elemento suficiente, pero dentro de la Semana Santa tenemos otros momentos en los que vivimos situaciones que no se ven en otros sitios", explica Miranda.

El nuevo responsable de la Semana Santa indica además que tanto el ayuntamiento como el sector empresarial y hostelero deberán hacer "un gran esfuerzo para que la celebración continúe con su habitual esplendor por todo lo que conlleva ese aporte de afluencia de público, porque las declaraciones de interés turístico implican, lógicamente, la atracción de turistas". Miranda apuesta que este es el mejor momento y para que las cofradías puedan avanzar y no baje el nivel, cree que el ayuntamiento debe paliar una parte económica del coste de la celebración, así como que esta se complete con otras actividades que respeten la estación de penitencia y el recogimiento de la Cuaresma.