No podemos aplicar el refrán de si no quieres caldo dos tazas. El PP va más allá y son cuatro: Carlos Floriano, Pedro Acedo, Oscar Baselga y Andrés Sánchez Ocaña. Dos de Badajoz provincia y dos de Cáceres provincia. Está equilibrado. Los de Badajoz, uno de Mérida, el alcalde Pedro Acedo y Oscar Baselga de Badajoz capital, pero casado con una emeritense. Vino Baselga a la presentación de la candidatura de Acedo y le entró ganas y ahí está. Puede que ambos se unan y formen una coalición.

Todos lo van a tener crudo. En unas elecciones, me comentaba un viejo político, maestro de Aljucén y alcalde Pedro Prieto que, hasta que no se abran las urnas nada se sabe; él tuvo la experiencia de ser alcalde de un pueblo con poco más de doscientos habitantes y ganar al todopoderoso alcalde de Mérida Francisco López de Ayala. David contra Goliat. Todo puede pasar y Pedro Acedo visita pueblos, sabe moverse y los demás, estarán haciendo lo mismo, queda poco y las promesas serán múltiples.

Habrá militantes que comprometan su voto con los cuatro, a la hora de la verdad, la papeleta a la urna es otro cantar, aunque siempre hay una visión de lo que pueda ocurrir. El político más optimista que he conocido era Pepe Aránguez, siempre decía que ganaba y ganó algunas veces, otras no, pero nunca perdía el optimismo.

Si Acedo sale como presidente regional del PP serán dos emeritenses los que se vean las caras en la siguiente confrontación electoral. Acedo tiene el optimismo de Aránguez y Rodríguez Ibarra le ofrecerá un pañuelo, con mucho cariño por ser paisanos, para secar las lágrima cuando termine el recuento.

Cuatro. Alguno cae en el intento. O todos y después de tanto jaleo se unen, cada uno toma el puesto que le gusta y tan amigos. Lo de siempre. La política hace extraños amigos de cama.