María Fernández Chamorro, vecina de Mérida, piensa denunciar al hospital emeritense por lo que considera una negligencia médica que le ha provocado la pérdida del hijo que esperaba. Ocurrió hace nueve días, cuando tuvo que abortar porque había perdido el líquido amniótico y el dijeron que el bebé, aunque sin problemas hasta ese momento, no sobreviviría si llegara a nacer, comentó ayer. Esa pérdida del líquido vital para el feto se la produjo una fisura; sin embargo, en el centro hospitalario la trataron de una infección, por lo que nunca le llegaron a cerrar la herida, señaló. Al final, tuvo que abortar a las 18 semanas de gestación.

El caso salió ayer a la luz pública tras una denuncia presentada por la Asociación El Defensor del Paciente, que ha solicitado a la Consejería de Sanidad una apertura de investigación por lo ocurrido --algo que el SES ya se ha comprometido a efectuar-- y ha ofrecido sus servicios jurídicos a la afectada para emprender acciones legales si lo considera oportuno.

EL RELATO DE LO QUE PASO Los hechos se desencadenaron la pasada semana después de que la mujer realizase varias visitas al hospital y a varios especialistas. La paciente afirma que ya a la sexta semana de gestación acudió al hospital con principio de aborto, donde le mandaron reposo y "todo volvió a la normalidad". Sin embargo, a las doce semanas empezó a manchar con un líquido de color amarillo, "la sensación era de estar mojada todo el día", y pidió información al respecto a un vecino, médico de familia, "que me dijo que era una fisura y nos fuimos a urgencias". En estas dependencias, aclara, "solo me trataron de una infección, nada de fisura, ni siquiera se curaron en salud y me mandaron reposo". Por ello, hizo vida normal, con una hija de 18 meses y un trabajo fuera de casa.

Un mes después volvió a manchar y tuvo otro principio de aborto. Al poco tiempo fue citada para operarse de un quiste en el ovario izquierdo, y es en ese momento cuando se dan cuenta de que no tiene líquido amniótico, pero no le dicen "nada de nada", según asegura la afectada.

María Fernández reitera que en el hospital le indicaron entonces que debía esperar diez días y que tampoco le mandan reposo, por lo que decide acudir a un especialista de pago, que le explica que ha debido de sufrir una fisura, que no tiene líquido y que, aunque el feto está en perfectas condiciones, "no tenga muchas esperanzas" en tener el bebé. En esta ocasión, este médico sí le manda reposo total.

Además, como también tiene domicilio en Badajoz, acude al hospital Materno Infantil tras una semana de descanso absoluto. Allí le confirman el pronóstico y le aseguran que el bebé no lograría salir adelante aunque el parto fuera bien, porque sin líquido sus corazones y sus riñones no se terminarían de formar.

También recordó con angustia que pasó tres días "en los cuales tú sientes a tu hijo en tus entrañas, pero cada mañana te dicen que no, que todo sigue igual", aunque luego se vio obligada a abortar en Madrid.

QUE NO SE VUELVA A REPETIR La paciente denunciaba ayer, en declaraciones a este periódico, que "en la consulta del hospital de Mérida no me dijeron nada", algo de lo que sí fue informada en el centro pacense, "donde me trataron mejor", apostilló, mientras reiteró que denunciará al hospital emeritense por esta presunta negligencia médica.

Asegura que tras lo sucedido su desesperación "no desaparece" y que siente como cada día aumenta su rabia al pensar que "estaba sano y he tenido que ir a Madrid a terminar casi cuatro meses de gestación". Tras hacer público su caso, ahora solo desea que a nadie le ocurra lo mismo.

Desde la Asociación El Defensor del Paciente se pide a los responsables de la sanidad extremeña que actúen con agilidad y que "depuren las responsabilidades que puedan derivarse de la atención recibida" por la paciente, que atraviesa una difícil situación psicológica.