Joaquín G. B., presunto autor del apuñalamiento perpetrado el pasado domingo, llevó a cabo la agresión porque creyó que su víctima era la líder de la secta Realismo Estético, a la que había pertenecido y de la que logró salir a principio de los años 80. Según manifestaciones de algunos familiares, padece esquizofrenia paranoide y sufre manías persecutorias.

El detenido tiene antecedentes por hechos similares. Así, causó lesiones graves a un hombre, con arma blanca, en otoño de 1987 en Mérida y en Madrid en 1997.

Como ya adelantó ayer este periódico, los hechos ocurrieron el domingo, tras finalizar una misa celebrada en la ermita de la Inmaculada, situada en el antiguo lavadero de lanas de Proserpina, sin mediar palabra, asestó tres puñaladas en el costado izquierdo a una de las feligresas, una mujer de 67 años. En cuanto a la víctima, A. N. R., se encuentra ingresada en la Unidad de Medicina Intensiva del hospital de la capital emeritense. Su estado es grave aunque permanece estable.