Este es el último reportaje sobre la sala de fiestas El Tabarín, que fue en su tiempo la más famosa de la región extremeña. Se publicitaba en todos los lugares visibles de las vías de comunicación, pero hemos tenido que recurrir a la tradición oral, porque no hemos hallado nada escrito.

LOS PERSONAJES Nos han ayudado personas que estuvieron trabajando como Angel Silva detrás de la barra como camarero y presentador de los espectáculos, y que actualmente se encuentra trabajando como limpiabotas en el Círculo Emeritense. El y su primo Fernando Saavedra, que está en el hotel Las Lomas, son los únicos que quedan de este oficio en la ciudad. También nos ha ayudado Alfonso Rubio Cerrato, trompetista, que todavía toca en la Banda Municipal de Música de Mérida. Fue también camarero y administrativo, y se sabe todos los entresijos de esta sala de fiestas. Abrió en más de una ocasión la puerta trasera a más de un personaje emeritense. En la actualidad, está en el ayuntamiento; y Manuel Manotas, guitarrista, que trabaja en la biblioteca del centro cultural Alcazaba. Algo nos ha contado algún que otro visitante que prefiere seguir en el anonimato. Han pasado casi cuarenta años de su cierre.

Formó parte de la historia de esta ciudad, hemos querido recuperarla, que quede algo escrito sobre esta sala de fiestas emeritense. Más de uno tuvo sus escarceos eróticos en unos años en que todo lo relacionado con el sexo estaba prohibido.

Los habituales eran tratados con cierta preferencia y se les reservaba un palco, así como a la joven que había llegado ese mismo día o la cantante o bailaora más espectacular. Más de uno de los que presumía de saber de todo se tomó alguna que otra botella de champán francés, ya bien cargadito, en cuyo recipiente de cristal se le había echado un poco de sifón con dos copas de vino blanco y para darle un poco más sabor unas gotas de Licor 43. Y pagaba 2.500 pesetas de las de entonces, lo que muchos ganaban al mes como funcionarios. Las trampas en las bebidas eran habituales a altas horas de la madrugada y cuando no se sabía ni lo que se bebía, como pedir el mejor whisky y servirle el más barato del mercado, antes se había inyectado en la botella del bueno el malo. Una picaresca.

EL PRESENTADOR Angel Silva cada noche presentaba el espectáculo sobre las dos de la madrugada. De negro y con pajarita, el conocido gitano emeritense decía: "Señoras, señoritas y caballeros. Muy buenas noches. La sala de fiestas El Tabarí presenta su espectáculo para todos ustedes. En primer lugar la gran estrella de la canción española Charito Molina, que interpreta para ustedes La Fragua . Y, después de esta magnífica interpretación de Charito Molina tendremos al Trío Blanco que interpretará Mi jaca . Y en esta noche también podrán disfrutar del Dúo Macarena con su Chachachá . Después de esta actuación vendrá la belleza y el ritmo de la super vedette Linda Taylor. Como broche final a nuestro espectáculo en la noche de hoy, la sala de fiestas El Tabarín se viste de gala para presentarles el gran ballet internacional Rafael de Córdoba, que interpreta Achilipú . Y como siempre después de esta estelar actuación les invitamos a seguir bailando bajo los compases de la magnífica Orquesta Mambo. Que pasen una feliz noche". Y esto lo repetía Angel Silva cada noche sin cambiar una coma.