La línea de tratamiento automatizada, capaz de clasificar a una velocidad de 40.000 envíos por hora, tiene un equipo para la lectura óptica de la dirección postal y traducción a un código de barras que se imprime en el envío, y de una clasificadora que los lee impresos y agrupa las cartas por destinos.

La clasificadora tiene 400 salidas para agrupar los envíos. Además, seis monitores imprimirán los códigos de barras cuando los lectores ópticos no puedan reconocer las direcciones.

Estos equipos permitirán a Correos afrontar los incrementos puntuales de volumen de correspondencia. En verano se pondrá un equipo para clasificar el correo de tamaño folio.