Principios de junio del 2021. Es la fecha que la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales estima para la entrada en funcionamiento del nuevo acelerador lineal del Hospital de Mérida, la máquina donada por la fundación Amancio Ortega para el tratamiento del cáncer con radioterapia. Tras un parón de dos meses a causa del estado de alarma, las obras del búnker donde se ubicará el equipo finalizarán a finales de este mes y serán recepcionadas en la primera quincena de noviembre.

A partir de entonces, confirma Sanidad, se solicitará la autorización del Consejo de Seguridad Nuclear para el funcionamiento del acelerador y comenzarán las labores de montaje, configuración, calibración y pruebas. Unos trabajos que se extenderían hasta junio del 2021. La inversión total asciende a 2,5 millones de euros y según fuentes de la consejería, este nuevo acelerador incorporará «las últimas tecnologías existentes». El actual superó hace varios años su vida útil y ha recibido multitud de quejas de los pacientes por las averías sufridas. Se ubicará en la parte trasera del hospital, junto al archivo, en el búnker de hormigón que se está construyendo ahora.

Este búnker es un espacio necesario para los hospitales donde se llevan a cabo tratamientos con radioterapia, pues su función es impedir el paso de las radiaciones. El Hospital de Mérida ya cuenta con un búnker especial de hormigón armado de alta densidad donde está el acelerador actual, pero para no dejar sin servicio a los usuarios (como se ha comentado anteriormente, la instalación del equipo tarda varios meses, ya que es necesario calibrar bien el aparato para que emita las radiaciones del tumor sin producir efectos adversos en el paciente) el SES ha optado por construir uno nuevo, cuyas obras finalizarán en este mes.

Además del espacio para el acelerador, el búnker incluirá sala de control, zona de espera de camillas y vestuarios para pacientes. La nueva máquina tendrá capacidad para atender unos 50 pacientes al día, 25 en cada turno de trabajo.