Trabajar para mejorar la calidad de vida de las personas con síndrome de Down u otras discapacidades intelectuales para que alcancen una integración plena en todos los aspectos de la vida. Este es uno de los objetivos principales de Down Mérida, una asociación sin ánimo de lucro que nació en el año 2013 para desarrollar una encomiable labor que persigue la inclusión real. Con el inicio del nuevo curso, la asociación está desarrollando por tercer año consecutivo los programas ACE y El valor de la discapacidad III, ambos financiados por el Servicio Extremeño de Promoción de la Autonomía y Atención a la Dependencia (SEPAD).

El programa de Asesoramiento a centros educativos lo lleva a cabo un equipo de profesionales del área de la Educación que asesora a la comunidad educativa, además de apoyar y acompañar a padres y alumnos, para favorecer la plena inclusión en los centros escolares. «Lo que ellos demandan se lo facilitamos», sostiene la técnico en Educación Rosa Vizcaíno, quien puntualiza que todos los chicos están escolarizados.

Los usuarios mayores de 16 años continúan con el programa de normalización Vida independiente, financiado por el Sepad, y que persigue dotar a los usuarios de estrategias y recursos para alcanzar su independencia personal y mejorar su integración social. Para ello, se realizan diversos talleres sobre diferentes ámbitos vinculados con el desarrollo personal: cuidado personal y del hogar, toma de decisiones y resolución de conflictos, relaciones personales, movilidad urbana, alimentación saludable y el uso de nuevas tecnologías, entre otros.

La trabajadora social Laura Salguero apunta que hay un taller de envejecimiento activo que busca «frenar el deterioro cognitivo de los más mayores y prevenirlo en los más pequeños». Relacionado con la movilidad urbana, los usuarios cuentan con un terapeuta ocupacional que les aconseja sobre cómo moverse en el transporte urbano. «Siempre se fomenta la autonomía personal para que puedan tener una vida normalizada, mientras que la toma de decisiones y la resolución de conflictos es muy transversal porque está en todas las actividades», matiza Salguero.

Por otra parte, ya se están terminando de diseñar las actividades del programa de Familia, en el que se trabaja con los padres y hermanos de los usuarios. El programa de Deporte inclusivo se presentará próximamente y en octubre comenzarán los talleres de Movimiento asociativo, que se imparten por la tarde y tratan parcelas como la cultura, la sexualidad o las habilidades comunitarias. Además, este año se van a poner en marcha dos nuevos talleres destinados a usuarios de entre tres y seis años.

En cuanto a la inserción laboral, cabe señalar que los usuarios también realizan prácticas laborales en empresas. «Hay oportunidades de trabajar para las personas con discapacidad, más de las que pensamos», señala Salguero. Para ella, trabajar con los usuarios de la asociación «es super enriquecedor», ya que «desde el primer día te enseñan muchísimo más de lo que tú les enseñas a ellos».